Las empresas biotecnológicas en la política estadounidense y en la gobernanza de la propiedad intelectual de los recursos e innovaciones genéticas

AutorClaudia Ocman
Páginas103-157
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Las empresas biotecnológicas en la política
estadounidense y en la gobernanza de la propiedad
intelectual de los recursos e innovaciones genéticas
Las empresas biotecnológicas en la política
estatal. Sustentos y perspectivas
La política doméstica como soporte
de la biotecnología
Desde que la Revolución Industrial demostró el valor de la tecnología y de la
innovación para la competitividad nacional, los países principalmente desa-
rrollados buscaron reforzar sus leyes de patentes para controlar los desarro-
llos tecnológicos y otorgar derechos exclusivos al inventor, con lo que consideraban
se expandiría la innovación, se difundiría el conocimiento y se beneficiaría a la
sociedad.1
En Estados Unidos desde la década de los setenta la ingeniería genética era utili-
zada con propósitos comerciales por pequeñas compañías, pero cuando empezó a
ser utilizada en la agricultura, el gobierno tomó los intereses de la industria como
causa propia con miras a mantener su liderazgo en este sector en el mercado mun-
dial, sobre todo cuando Japón empezó a posicionarse como competidor tecnológico,
esto ocasionó que las expectativas descansarán en la biotecnología, la cual funda-
mentada en los estudios de la biología molecular utiliza las técnicas de la ingeniería
genética con fines prácticos.
1 Steinbrecher, Helena Paul y Ricarda e t al., Hung ry Corporati ons, Transnational Biotech
Companies Colonise the Food Chain, London & New York, Zed Books, 2003, p. 29.
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Biotecnología y conocimiento tradicional. redes de políticas en el deBate contemporáneo
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En los años ochenta, la biotecnología era vista como una alter nativa que impul-
saría el desarrollo de la agricultura al fortalecer a las variedades vegetales haciéndo-
las resistentes a los impactos ambientales, a la vez, se incrementaría la producción,
se reducirían costos y se podrían seguir prácticas ag rícolas más ecológicas.
A continuación con la idea de incrementar la producción de alimentos, el gobier-
no federal estableció un sistema reglamentario laxo, el que se basaría en la evalua-
ción de riesgos, la que sería efectuada por las propias empresas biotecnológicas.
Estas se responsabilizarían de la detección de anomalías y de informar a las autori-
dades correspondientes sobre las mismas.
Las directrices para la investigación biotecnológica establecidas en 1971 por
los Institutos Nacionales de Salud (el
nih
por sus siglas en inglés, fue la primera
dependencia de gobierno en establecerlas), se basaron en la autorregulación, esto
es en restricciones de tipo voluntario que se iban adaptando a los procesos de las
empresas.2
Los mecanismos de autorregulación para controlar los riesgos de la biotecnología
fueron oficialmente adoptados en la Conferencia de Asilomar realizada en 1975,
cuya declaración desde algunas perspectivas tuvo como objetivo retrasar la adop-
ción de regulaciones gubernamentales adecuadas y evitar discusiones sobre los im-
pactos socioeconómicos, aunque todo parecía indicar que el Comité para la Recom-
binación de Moléculas de
dna
de la Academia Nacional de Ciencias de Estados
Unidos había impuesto una moratoria para no realizar experimentos peligrosos que
no pudieran ser evaluados.3
Esta tendencia autoreguladora predominó durante las administraciones de Ro-
nald Reagan y George Bush caracterizadas precisamente por la desregulación, am-
bos presidentes no quisieron afectar el desarrollo biotecnológico con regulaciones
excesivas para las empresas biotecnológicas. Este hecho se esclareció en el Informe
de la Comisión Presidencial sobre la Competitividad de 1991, el cual recomendó no
se establecieran nuevas normatividades y en todo caso, las dependencias del gobierno
2 Jen nife r Fer rar a “T he Mon san to fi lex, Pue rta s gir ato rias :
monsanto
y la a dm inis tra ción” en The
Ecologist, p. 2, disponible en http://www.agirazul.com.br/ecologist/capitulo18.htm>, consultado el 13
de marzo de 2007.
3 Véase “Alarma sobre biología sintét ica: coalición global demanda debat e público y supervisión
inmediata ,” Boletín de prens a, 23 de mayo de 2006, dispon ible en http://www.etcgroup.org/upload/
publication/pdf_file/6>, consultado el 26 de mayo de 2008 y Soutullo, Da niel, et al., “Pasion por el
adn
. Genes , genomas y sociedad, e d. Crítica, S.A, Barcelona, 2002, dispon ible en http://www.ugr.
es/~eianez/Biotecnología/watson.htm>, consult ado el 10 de junio de 2008.
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las empresas Biotecnológicas en la política estadounidense
correspondientes se coordinarán a fin de agilizar los procesos de evaluación de ries-
gos y de autorización.4
Durante su administración, Reagan decidió no crear ninguna normatividad para
regular la biotecnología ya que consideró que la existente administrada por la Admi-
nistración de Alimentos y Fármacos (
fda,
por sus siglas en ing lés), el Depar tamento
de Agricultura de Estados Unidos (
usda,
por sus siglas en inglés) y la Agencia de
Protección Ambiental (
epa,
por sus siglas en ings) eran suficientes porque no ha-
brían riesgos diferentes a los existentes, esto sobre todo a partir de que la Oficina de
Administración y Presupuesto (
omB,
por sus siglas en inglés), el Departamento de
Estado y de Comercio y la Oficina de la Casa Blanca de Ciencia y Tecnología no
querían afectar a la industria principalmente en la bolsa de Wall Street.5
Proteger a las empresas biotecnológicas y fomentar la investigación en biotecno-
logía, se convirtió en uno de los objetivos de la política estadounidense, en 1986 Bill
Ruckelshaus Director de la
epa
señaló que para que esto fuera posible había que
construir un régimen el cual asegure la confianza pública.
Siguiendo esta perspectiva empezaron a ser desarrolladas directrices para prote-
ger al medio ambiente y cuidar la salud de los ciudadanos en relación al posible
impacto biotecnológico, en esta labor destacaron los
nih
y el Comité sobre la Inves-
tigación en
adn
recombinante el que dependía de la
epa
, la
fda
y el
usda
, el cual
dispuso medidas para controlar la dif usión de los organismos genéticamente modi-
ficados y estableció las pautas a considerar en la regulación de los productos biotec-
nológicos.6 Por su parte, el Comité de Coordinación de la Ciencia Biotecnológica
(
Bscc,
por sus siglas en inglés) ejerció algunas labores de gestión.
En los hechos, estas medidas no alcanzaron los f ines por las que fueron plantea-
das, debido a que durante las administraciones de Reagan y Bush, la biotecnología
asociada a la producción de transgénicos no presentaba consecuencias, por lo cual
no se hizo necesario reglamentar el desarrollo, utilización y comercialización de
estos productos. Para algunos autores, esto se debió a que la prioridad fue beneficiar
a la industria y no la seguridad pública, así en 1986 se dispuso que los organismos
genéticamente modificados no diferían fundamentalmente de los no modif icados.
4 José Luis Luján et al., “La biotecnología, los actores y lo público” en Org anización de Esta dos
Iberoamer icanos, p. 5, disponible en http://www.oei.es/salactsi/t ef06.htm>, consultado el 7 de febrero
de 2008.
5 Steinbrecher, Helena Paul y Ricarda et al., Hu ng r y…op. cit., p. 165 y Ferrara, Jennifer, “The
Mons ant o…op. cit.,” p. 3.
6 José Luis Luján et al., “La biotecnología…op. cit.,” p. 5.
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