Migración indígena y la construcción de un territorio de circulación transnacional en México

AutorAbbdel Camargo Martínez
Páginas69-84
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D.R. © 2011. Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos. México, D.F. ISSN: 0185-6286.
TRACE 60 (Diciembre 2011): págs. 69-84 www.cemca.org.mx
Abbdel
Camargo Martínez
Resumen: Este texto describe las trayectorias
de migración de los inmigrantes indígenas
que laboran en el mercado de trabajo agrícola
transnacional instalado en la frontera norte
de México. Ubicados en la región del Valle de
San Quintín, en el estado de Baja California,
se adopta una perspectiva biográfica para el
análisis de la experiencia de migración y tra-
bajo de los individuos en un mercado laboral
enfocado a la producción de hortalizas para el
mercado internacional. Consideramos que la
interrelación de varias dinámicas de movilidad
–regional, interna e internacional– se pueden
observar a través de la historia de movilidad,
trabajo y asentamiento de los indígenas jorna-
leros distinguidos en cohortes generacionales
para su análisis. Dicha interrelación parte
de cambios en los patrones de movilidad y
residencia de los grupos indígenas asentados
en los sitios de trabajo, configurando así
las nuevas geografías de los territorios étnicos
en el país.
Abstract: This text describes the different
paths of migration of Indian immigrants work-
ing in the agricultural labor market transna-
tional installed on Mexico Northern border.
Adopting a biographical approach to the
analysis of migration experience and work of
individuals working in a market focused on
the production of vegetables for the interna-
tional market. The interplay between internal
and international migrations is examined
through the history of mobility, work and
settlement of indigenous laborers along gen-
erational cohort lines. Such interplay can be
explained by taking into account indigenous
groups’ shifting patterns of residential mobility
and settlement in new places of work, which
in turn has led to the creation of new ethnic
geographies throughout the country.
Résumé : Ce texte décrit les différentes tra-
jectoires migratoires des immigrés Indiens
qui s’intègrent au marché du travail agricole
transnational de la frontière nord du Mexique.
Depuis la région de la vallée de San Quintin, en
Basse-Californie, l’analyse a pour fondement
une perspective biographique des expériences
de migration et de travail des individus qui
s’insèrent dans le secteur de la production
de fleurs pour le marché international. La
correspondance entre les divers types de
dynamiques migratoires –régionale, interne et
internationale– peut être observée au travers
des histoires de mobilité, travail et installa-
tion des Indiens journaliers, population qui
sera répartie en cohortes générationnelles pour
l’analyse. Cette correspondance a pour point
de départ les changements observés dans les
formes de mobilité et d’installation des groupes
indiens qui se sont établis sur les lieux de
travail, conformant la nouvelle géographie des
territoires ethniques dans le pays.
[Migración interna e internacional, experiencia migratoria, indígenas, México, Estados Unidos]
La migración indígena que se dirige a laborar a los campos agrícolas en el noroeste de México
y suroeste de los Estados Unidos, usualmente se ha comprendido por la naturaleza de su
dependencia económica al desarrollo de los mercados de trabajo regionales, es decir, como
un proceso que relaciona la oferta de mano de obra en los lugares de agricultura desarrollados
con la pobreza prevaleciente y pocas opciones de ocupación y movilidad laboral en los lugares
de origen (Barrón y Rello, 1999; Carton de Grammont y Lara, 2000). Si bien la presencia
indígena en los circuitos migratorios instalados entre los dos países no es nueva (Weber, 2008),
es a partir de la década de los setenta cuando se definen los mercados de trabajo agrícolas
en la región fronteriza por su composición étnica.
La presencia de la población indígena en los mercados de trabajo instalados en la frontera
norte, se da a partir del cambio en el modelo de desarrollo del país, el cual favoreció el impulso
de una agricultura altamente tecnificada enfocada a la exportación, sostenida con inversio-
nes públicas y privadas, nacionales y extranjeras, que requirió la movilización de grandes
cantidades de mano de obra proveniente de estados más pobres del país, lo que derivó en el
Migración indígena y la construcción
de un territorio de circulación
transnacional en México
Para Laura Velasco O.
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establecimiento de una relación dependiente entre núcleos de migrantes, pueblos de origen y
nichos étnicos instalados en los diferentes espacios de tránsito, urbanos y rurales, en ambos
lados de la frontera (Velasco, 2002).
A partir de entonces, buena parte del desarrollo del sector agroexportador en el norte del
país, descansa sobre las espaldas de los jornaleros indígenas, no sólo en los campos mexica-
nos, sino también en el sostenimiento de la poderosa economía agrícola de California, y más
recientemente en Oregón y Washington en los Estados Unidos (Paris, 2008; Zabin, 1992;
Stephen, 2008; Palerm, 2010).
En este contexto, se puede afirmar que la composición de la fuerza de trabajo en los mercados
agrícolas, ubicados en la frontera México-Estados Unidos, está definida por su composición
étnica y por la circularidad (Tarrius, 2000) de su movilidad transnacional.
Pero ¿cómo se han establecido estos circuitos de movilidad en el tiempo en las regiones de
migración y trabajo especificas? Desde los años setenta, el crecimiento del sector hortícola
de exportación ha propiciado una creciente demanda de trabajadores en las diversas regiones
agrícolas, ocasionando una transformación paulatina en la composición de la mano de obra
y en los patrones de movilidad: transitando de trabajadores circulares y en movimiento cons-
tante, a trabajadores asentados en colonias con empleo durante todo el año (Coubè s, Velasco
y Zlolniski, 2009; Palerm, 2010; Lara, 2003).
Este proceso está relacionado con la modernización y tecnificación del mercado hortícola,
que permitió la ampliación de los ciclos de cultivo y cosecha durante todo el año, posibilitando
la obtención de empleo a buena parte de la población trabajadora y sus familias en ese lapso
de tiempo. De esta forma el tránsito de un migrante itinerante entre regiones y países, a un
residente con arraigo y adscripción a una comunidad local y regional –pero sin poner fin a su
movilidad geográfica– define la conformación de los territorios étnicos actuales. Ahora bien,
el asentamiento de la población jornalera en los sitios de trabajo se debe comprender como
una modalidad más de los flujos migratorios indígenas anclados a estos mercados globales,
pues los procesos de movilidad-asentamiento-movilidad son parte de un fenómeno global de
movilidades humanas y procesos de arraigo simultáneos (Coubè s, Velasco y Zlolniski, 2009);
encontrando en sitios de trabajo específicos, los puntos de apoyo intermedios que articulan
los encadenamientos migratorios –locales, regionales, nacionales e internacionales– en sus
distintas formas –circular, pendular, permanente– articuladas en las biografías personales y
grupales de los contingentes indígenas. Aquellos puntos geográficos de apoyo intermedio que
permiten los encadenamientos migratorios, es lo que aquí consideramos como espacios de
migración intermedia.
En el Valle de San Quintín, ubicado en la zona costera del Océano Pacífico en el estado
fronterizo de Baja California, encontramos registro de las dinámicas descritas con anterioridad.
Su nacimiento está vinculado a la dependencia de capital extranjero, a la complementariedad
productiva entre regiones, al desarrollo de una agricultura comercial enfocada a la exportación
y al traslado de mano de obra desde puntos geográficos distantes con rasgos étnicos. En esta
zona agroexportadora a partir de la década de los ochenta se empezaron a observar cambios
en los patrones de movilidad de la población, conformándose nichos residenciales de traba-
jadores indígenas que, debido a su organización social y movilización laboral, han cambiado
gradualmente, el perfil demográfico de la región con la constitución de colonias enteras de
trabajadores que paulatinamente se han ido asentando. El proceso de asentamiento determina
las formas en que se articulan los diversos tipos de movilidad de la población, en las biografías
de movilidad colectivas establecidas a lo largo del tiempo.
Los patrones de movilidad de la población indígena aquí referidos, se deben vincular al desarrollo
de un mercado de trabajo transnacional que se enmarca dentro de la integración económica de
América del Norte, definida por el aumento continuo de la competitividad a través de la precari-

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