Reforma Laboral y División de Poderes

AutorLic. Jorge Armando Talavera Gutiérrez
CargoAbogado especialista en derecho laboral en la firma legal Talavera Abogados
Páginas48-53

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Una de las ramas más complejas del derecho en nuestro país es el laboral; y es que quienes pretenden ejercer la abogacía en este sector, reclamar un derecho o comparecer en su defensa, se encuentran con una serie de usos, costumbres, organizaciones y criterios que impiden el correcto funcionamiento y aplicación de nuestra Ley Federal del Trabajo. Por eso, esta disciplina se ha ganado a pulso el ser una de las materias más tardías de nuestro sistema legal.

De ahí que, durante muchos años se impulsara, sobre todo por parte del sector patronal, una reforma que ayudara a las empresas establecidas en territorio mexicano a ser más competitivas en el panorama internacional. Aunque en gran medida esta “Gran” reforma se impulsó en el año 2012, desde su aplicación hasta la fecha no se había logrado el objetivo principal: una justicia más pronta y expedita. La lentitud procesal no únicamente afecta a los patrones, también a los trabajadores que ven pasar los días, meses o años sin lograr un laudo condenatorio. Ante esta necesidad, surgieron nuevamente las voces que reclamaban una nueva reforma, no de fondo sino de forma. Que agilice la aplicación de las normas laborales en todo el territorio nacional y sobre todo, que garantice un procedimiento blindado de corrupción y apegado a la justicia.

La División de Poderes y su Importancia Práctica

Al momento en que se habla de una república en la idea francesa de Montesquieu, nos encontramos con la existencia de 3 poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), los cuales garantizan de manera directa las garantías del individuo frente al Estado; esto, con base a los controles de pesos y contrapesos que son un fruto inmediato de esa separación. Sin embargo, cuando ésta se vuelve ficticia en alguno de sus campos de aplicación o actuación, se pueden crear situaciones despóticas que afectan a los ciudadanos. Por eso, es necesario tener un poder encargado de convertir la voluntad popular en ley (legislativo); otro, responsable de la administración y hacer cumplir esas leyes (ejecutivo); de igual manera un tercero que proteja la constitución, marque límites al despotismo y resuelva las controversias derivadas de las leyes en el actuar de los demás poderes (judicial).

Por lo anterior, no deben existir tribunales fuera de este orden judicial, ya que en estricto sentido, se violaría el principio de separación de poderes al otorgar facultades especiales a uno que, por su propia naturaleza, es diverso a quien debería administrar la justicia. Y por consecuencia, su actuación dentro del marco de la administración de la justicia laboral, dejará mucho que desear, porque su actividad principal y naturaleza jurídica es diversa; de allí, la casi nula importancia que el ejecutivo federal, o de los estados, le daban al derecho del trabajo y a los tribunales laborales; a los cuales en la práctica se les tenían como de segunda.

Antes de la Reforma

Uno de los principios de la justicia es que esta sea imparcial, es decir, que sea aplicada por jueces que no tengan interés o beneficio en un procedimiento. Así lo describe el artículo 17 de nuestra Constitución: “Ninguna persona podrá hacerse justicia por si misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho. Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y tér-minos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.”

Esta imparcialidad debe ser tanto teó-rica como práctica, no estar sujeta a

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criterios de administraciones gubernamentales, ya que de ahí, deriva en gran parte la teoría de la separación de poderes de la que tanto nos hablaban Montesquieu y Kant. Todo ello, con el fin de dotar de instrumentos necesarios que sirvan de límites al gobernante para que éste no caiga en la tentación del absolutismo y con ello, generar la certeza de que se fortalece el...

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