La política ambiental fronteriza

AutorJaime Peña Ramírez
Páginas89-108
89
IV
La política ambiental fronteriza
Presentación
Este apartado aborda con mayor detenimiento el quehacer
estatal de ambos países en la temática ambiental fronte-
riza, empezando por la manera en que definen y abordan
los problemas en forma individual y binacional.
El reconocimiento de la existencia de
problemas ambientales fronterizos
La delimitación de la frontera por sí misma fue un largo proce-
so de negociación desde que se inicia el avance del norte hacia
el sur y es hasta 1889 cuando se crea la Comisión de Límites,
misma que posteriormente, en 1944, amplía sus funciones para
definir también los problemas derivados de las aguas internacio-
nales compartidas. En 1979 la CILA ya atiende problemas de sa-
neamiento del agua internacional superficial, sin abordar todavía
el tema de las aguas subterráneas que también se comparten.
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AGRICULTURA Y MEDIO AMBIENTE FRONTERIZOS: EL BAJO RÍO BRAVO
En términos generales, se podría afirmar que los proble-
mas ambientales se reconocen cuando no hay manera de sos-
layarlos y sobre todo cuando las protestas de la sociedad civil
se tornan inmanejables; así, la salinización de las aguas de El
Colorado que afectaba las áreas irrigadas de México, fue un
problema que tuvo que atenderse mediante acuerdos binacio-
nales en 1944, cuando fue definida la cantidad de agua a dis-
tribuir en ambos países, de las cuencas compartidas del Bravo
y El Colorado; de la calidad no se hablaba en ese entonces,
quedó como tema pendiente. El aspecto de salinización de El
Colorado, se resuelve hasta 1973.
La agenda internacional se amplía posteriormente a los
residuos peligrosos provenientes de eventuales accidentes
fronterizos: el vertimiento de aguas residuales municipales de
las ciudades fronterizas en el cauce del Río Bravo; la conta-
minación del aire por las fundidoras de cobre o por la simple
quema de basura; el derrame de petróleo del Ixtoc I, en 1979
que afecta las costas de Texas, expresan un solo problema: la
evidente crisis ambiental que se vive desde la segunda mitad
del siglo XX y que exige llegar a acuerdos ambientales ma-
rinos, prevención de accidentes, control de emisiones, entre
otros (Sánchez, 1990).
En cuanto a la escasez relativa del agua, los problemas
de abastecimiento de Juárez, por ejemplo, se abordan desde
1906 mediante un acuerdo de buena voluntad de parte de
Estados Unidos, de dotar un cierto volumen para los agri-
cultores del valle de Juárez. En la actualidad la creciente y
sedienta ciudad sigue siendo un problema.
Tales hechos y otros esfuerzos de colaboración suscítados
en 1978 y 1979 preceden al Convenio Binacional de 1983
para la Solución de Problemas Ambientales Transfronteri-
zos en una franja de 100 kilómetros al interior de cada país

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