Observaciones tecnificadas y comparabilidad en ciencias

AutorCarlos E. González
CargoLicenciado en historia, estudios de maestría en lingüística aplicada.
Páginas77-95

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Introducción

La propuesta de Kuhn acerca de la inconmensurabilidad entre teorías científicas se ha visto a veces como una amenaza a la racionalidad de la ciencia y, en consecuencia, también a la noción de progreso científico. Éste podría ser el caso si la inconmensurabilidad conduce a la incomparabilidad de teorías alternativas para el mismo fenómeno o fenómenos, o a la incomunicabilidad entre los científicos que apoyan aPage 78teorías en competencia. En sus últimos escritos, Kuhn (1983a, 1983 b) propuso numerosas maneras de garantizar tanto la comparabilidad de teorías rivales como la comunicabilidad entre comunidades científicas. Como la inconmensurabilidad se equipara con la imposibilidad de traducción entre teorías, las vías para garantizar la comparación y la comunicación son la interpretación y el aprendizaje de lenguas (1983a: 43-45). Con este “giro lingüístico” de sus obras maduras, Kuhn dedicó cada vez menos atención a otras posibles fuentes de comparabilidad, como las observaciones.1 En uno de sus trabajos postreros, Kuhn sólo menciona la existencia de observaciones neutras o compartidas que se usan, de hecho, para comparar teorías, sin profundizar en el tema:

From the historical perspective, however, where change of belief is what’s at issue, the rationality of the conclusions requires only that the observations invoked be neutral for or shared by, the members of the group making the decision, and for them only at the time the decision is being made. (Kuhn, 2000e [1991]: 113)2

El objetivo central de este artículo es precisamente describir un mecanismo que evade el problema de la carga teórica al producir observaciones neutrales para grupos, objetivos y contextos particulares, y permite la comparación racional entre teorías, como se sugiere en el pasaje citado. Para lograrlo, criticaré algunos aspectos del “giro lingüístico” kuhniano y propondré la definición de un tipo de observaciones relevantes en la práctica científica, que permiten la comparación de teorías evadiendo el problema de la carga teórica de la observación, con la esperanza de que esto contribuya a aclarar el marco teórico para la in-Page 79vestigación en la historia y sociología del cambio y el progreso científico, y para la discusión de los problemas filosóficos asociados a la comparabilidad, la demarcación y el progreso en ciencia.

Algunos problemas en el “giro lingüístico” de Kuhn

Creo que los intentos de Kuhn (1983a, 1983b) por definir la inconmensurabilidad como la imposibilidad de traducción entre teorías presentan tres importantes defectos: 1) define traducción de manera insuficiente para sus propósitos; 2) el uso del término “inconmensurabilidad” para llamar a la forma de intraducibilidad que describe resulta confuso, y 3) no considera que la traducción normal depende de los objetivos para los que se realiza.

Intraducibilidad en sentido kuhniano

Kuhn (1983a: 47-50) postula dos requisitos para la traducción: 1) debe preservarse por lo menos la referencia y el sentido, 2) sólo puede haber traducción entre lenguas preexistentes. En este sentido, el primer impedimento para la traducción es el holismo semántico. Si los sentidos de ciertos términos dependen de cómo se relacionan semánticamente con otras palabras, como en el caso de los términos “fuerza” y “masa” en Newton, o los adjetivos franceses doux/douce, mou/molle, entonces no hay manera de proporcionar un término equivalente que preserve el sentido en otra lengua, teórica o natural. Como bien dice Kuhn, esta interdefinición de numerosos términos de los lenguajes teóricos y naturales hace imposible encontrar términos en otra lengua que preserven la referencia y el sentido de éstos.

Sin embargo, este tipo de traducción, término a término, se vuelve más problemático si consideramos no sólo el contexto lingüístico de la interdefinición de algunos términos, sino, también, el contexto sociolingüístico del uso de los términos. En efecto, si queremos preservar la referencia y el sentido, es implausible pensar que habremos de encontrar dos términos que tengan exactamente el mismo significado.

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Por ejemplo, podríamos pensar que una conjunción como “et” (en francés) e “y” (en español) tienen exactamente el mismo significado. Sin embargo, “¿Y?” se usa, a veces, en el centro de México,3 como una oración equivalente a “¿Cuál es la relevancia de eso?” o “¿Qué con eso?”, en tanto que “Et?”, en francés estándar, carece de significado.4Así, el sentido de una palabra puede cambiar enormemente, dependiendo del uso que se le da en distintos contextos sociolingüísticos: dialectos, jergas, caló, idiolectos, interlenguajes, criollismos, etcétera.

La única alternativa que tenemos para conservar tanto la referencia como el sentido de un término, en sus relaciones con otros términos y a través de todos los posibles contextos lingüísticos y sociolingüísticos, es decretar que tiene exactamente la misma referencia y sentido de un cierto término en otra lengua, pero esta posibilidad queda también excluida por el punto 2). En consecuencia, este tipo de traducción de términos aislados se demuestra imposible, no sólo entre lenguajes teóricos, sino entre todo tipo de lenguajes naturales.

Con esta definición de traducción, no es sorprendente que el término “luna” en un texto tolemaico no pueda traducirse por “luna” en un texto copernicano o newtoniano o el término “fuerza” en Newton por el término “fuerza” en Einstein. De hecho, ni siquiera se puede traducir, en este sentido, el término “selene” (en griego) por el término “luna” (en latín) o por “moon” (en inglés), como tampoco puede traducirse “force” por “fuerza” como términos aislados.

Ahora bien, en un escrito posterior, Kuhn aduce que este tipo de intraducibilidad no se refiere a “la actividad de los traductores profesionales”, sino a “una actividad casi mecánica gobernada completamente por un manual que especifica, como función del contexto, qué secuencia en una lengua puede ser, salva veritate, sustituida por una secuencia dada en otra [lengua]” (Kuhn, 2000c [1989]: 60). No obstante, esta pretensión sólo se ha mostrado operativa para el caso dePage 81términos aislados y, probablemente, para oraciones que contengan tér- minos interdefinidos.

En efecto, Kuhn no parece darse cuenta de que su propuesta elimina, por principio, las iniciativas de traducción contextualizada. Kuhn (1983a: 677) desestima la propuesta de Kitcher de que, en algunos contextos, “flogisto” puede traducirse como “substancia que se libera con la combustión de los cuerpos”, y en otros como, “principio metalizador” porque parece que sólo considera traducción a la posibilidad de encontrar un solo término o expresión que traduzca a “flogisto” en cualquier contexto. Es decir, pide el principio de que la traducción conserve toda la referencia y sentido de cada término y sea, por tanto, independiente del contexto. Sin embargo, no proporciona argumentos que respalden esta petición.

A este respecto, una cuestión de fondo es: ¿una afirmación como “Ésta es una buena traducción de la Ilíada” carece de significado? Sí, si consideramos a la traducción como una actividad descontextualizada término por término. Por otra parte, todavía es posible pensar en una definición de traducción con base en términos contextualizados o en una teoría de la traducción oración por oración o por unidades de significado aún mayores, o dependiente de los objetivos de la traducción. Así, las propuestas de Kuhn (1983a, 1983b y 2000c) son suficientes para garantizar la intraducibilidad estricta de términos, pero insuficientes para garantizar la intraducibilidad de las teorías.

Problemas conceptuales en la definición kuhniana de inconmensurabilidad

Como vimos en la sección anterior, la intraducibilidad de términos aislados proviene de lo que podríamos denominar su “significado total”: sus relaciones semánticas en la red de significados para los contextos lingüísticos y sociolingüísticos en los que se emplea el término. Es decir, el “significado total” de un término no depende solamente de cómo se interdefine con otros términos de la lengua o teoría en que se inscribe, como es el caso de los términos “fuerza”, “masa” y “aceleración” en Newton, sino también del uso que se le da, con lo que tambiénPage 82queda relacionado con características extralingüísticas, como el grupo social al que pertenece el usuario o la situación en la que se usa. Así, los términos pueden tener una variedad de relaciones semánticas y funciones tan particulares en su lengua, que ningún término en otra lengua es su equivalente exacto. Dicho de otra manera, existen conjuntos de relaciones semánticas en cada lengua irrepetibles en otras lenguas. En consecuencia, desde un punto de vista matemático, podríamos decir que la intraducibilidad de los términos aislados es resultado del no isomorfismo de dichos conjuntos de relaciones semánticas. En efecto, según la Wikipedia...

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