Algunas observaciones sobre la educacion poetico-musical en la Exposicion de la "Republica" de Platon de Averroes.

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Resumen: El propósito de este trabajo es comentar los pasajes en donde Averroes estudia el papel de la educación poético-musical en la Exposición parafrasística de la "República" de Platón. El conocimiento del corpus aristotélico y el legado de algunos de sus predecesores árabes le permiten a Averroes hacer algunas consideraciones sobre los tipos de discurso y, en particular, sobre el discurso poético. Como se sabe, el papel de los poetas en la polis es un asunto al que Platón presta atención en varios fragmentos de su República. Las observaciones de Averroes se apartan sutilmente de la filosofía platónica e intentan mostrar la importancia de la ciencia política en el contexto islámico.

Palabras clave: filosofía árabe, política, lógica

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La mayor parte de los filósofos árabes mostraron vasto interés en la política; también estudiaron a fondo los tratados lógicos de Aristóteles. Alfarabi, Avicena y Averroes comentaron prácticamente todo el Órganon, la Física y la Metafísica. El interés en Platón no fue menor: Alfarabi comentó varias obras platónicas y redactó su Falsafat Aflatun (La filosofía de Platón); además, su al-Madinat al-fadila (La ciudad ideal) es una obra política marcadamente platónica. En esta tradición hay que agregar el trabajo que nos ocupa, la Exposición parafrasística de la "República" de Platón, escrito por Ibn Rushd, mejor conocido en la tradición latina como Averroes.

Los árabes son persistentes en su intento por conciliar planteamientos de corte platónico y aristotélico; en la Exposición de la "República", esta tendencia es evidente. Averroes elabora un comentario muy peculiar, pues omite varias partes y hasta libros enteros de la República; además, sus observaciones no son completamente platónicas. En realidad, esta exposición constituye la segunda parte de la concepción de la ciencia política averroísta. Él mismo confiesa en 22.5: "La primera parte de este arte está en el libro de Aristóteles conocido como Ética Nicomáquea; la segunda está en su libro conocido como la Política y también en esta obra de Platón, la República, que intentamos exponer, ya que el tratado de Aristóteles, la Política, no ha llegado a nuestras manos." Desde las primeras líneas, Averroes confiesa no haber conocido la Política de Aristóteles; por tanto, intenta leer la República como una continuación de la Ética Nicomáquea. La tendencia a "aristotelizar" a Platón también se percibe en distintos fragmentos de la obra, donde alcanzan a entremezclarse planteamientos de la Física, la Metafísica, el De Anima y otros trabajos del Estagirita. Desde ahora hago notar que estos vínculos de pensamiento entre Platón y Aristóteles derivan en una lectura original e innovadora que caracteriza la mayoría de los comentarios árabes.

Un comentario expositivo sobre una obra política de Platón podría desconcertarnos si no nos ubicamos en el contexto musulmán. En su estudio introductorio sobre este escrito de Averroes, Ralph Lerner se pregunta hasta qué punto pudo haber sido útil el trabajo de un filósofo griego pagano en una cultura habituada a creer en una Ley divina revelada (cfr. Averroes 1974, pp. XIII-XIV). (1) Parecería que el interés, tal como observa Lerner, se reduce a mostrar la utilidad, la relevancia y la necesidad de la ciencia política. No obstante, es legítimo permanecer en la misma pregunta: ¿qué podría enseñar Platón a los musulmanes? La variedad de temas en los que Averroes se detiene es considerable: la necesidad del filósofo legislador, la justicia, la virtud, la guerra justa, la ciudad virtuosa, el papel de la mujer y --cómo podría faltar-- la importancia de la educación.

En este breve trabajo me abocaré únicamente al estudio de los pasajes donde Averroes comenta el papel de la educación poético-musical en la República. Me centraré, pues, en los siguientes pasajes: 29.10-25, donde se habla sobre la formación musical; 29.26-30, donde se confrontan los falsos mitos con la metafísica; 30.1-14, para abordar los límites de la imitación; 30.15-25, para explicar por qué las supersticiones no son convenientes para la educación de los niños; 33.5-35.29, para presentar los argumentos críticos contra las representaciones teatrales dentro del contexto árabe. Todos estos pasajes pertenecen al primer tratado del comentario; no me referiré a los tratados segundo y tercero. Mi intención es confrontar algunas observaciones sobre la función de la poesía y la música en Platón y Averroes. Al mismo tiempo, pretendo mostrar la capacidad del filósofo cordobés para vincular el pensamiento platónico con el aristotélico.

  1. La educación poético-musical

    En el pasaje 29.10, Averroes comienza aclarando lo que ha de entenderse por música, a saber, "los argumentos imitativos acompañados de una melodía mediante la cual el ciudadano se disciplina". Hasta aquí, la simpatía con Platón es clara: la función de la música es educativa. (2) Es bien sabido que la concepción de la música en Platón no es unívoca. La mousiké se considera en algunas ocasiones una simple técnica y, por tanto, sin la dignidad suficiente de una ciencia (Gorgias 449d). No faltan los pasajes en que se condena el placer que produce (República 411a). Sin embargo, es verdad que también aparece como un instrumento recurrente en la educación: en las Leyes sirve para dar serenidad al alma (Leyes 658-659); en Fedón, Sócrates se refiere a la filosofía como la música más excelsa (Fedón 60-61a).

    En la República, la obra que nos ocupa, aparece con claridad la doble concepción de la música en Platón. Por una parte, se lee en 411a:

    Cuando un hombre, por tanto, se abandona a la música, y deja que por el canal del oído se insinúe y derrame en su alma el son de la flauta y las armonías dulces, suaves y lastimeras de que antes hablábamos; cuando se pasa la vida entera tarareando y deleitándose en el canto, el primer efecto será el de ablandar el apetito irascible que podía estar en él [...]. Pero si insiste y se abandona al placer, el siguiente efecto será el de que su coraje se derrita y se derrame hasta disiparse del todo, con lo que, amputados los nervios de su airea, no será sino un "guerrero afeminado". Se condena, pues, el placer de la música. Pero un...

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