La globalización neoliberal como revolución pasiva

AutorCarlos Javier Maya Ambía
Páginas9-38

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Consideraciones iniciales

Una vez más, los economistas nos encontramos frente a un callejón sin salida. El paradigma que arrogantemente aspiró a echar por la borda al keynesianismo es cuestionado por sus otrora defensores; aunque no pocos todavía se obstinan en cerrar los ojos ante el horror económico parido por el neoliberalismo.1 El viejoPage 10paradigma tampoco puede defenderse a ultranza y muchos piensan que lo que aspiró a ser una teoría general era en esencia más particular de lo que pretendía.

En este tortuoso escenario seguimos dando vueltas en círculo y volvemos a rumiar antiguas convicciones. Por ello quizá sea sano abrir las ventanas y dejar entrar aires de otras disciplinas y permitirnos impulsar por alientos de pensadores que no hemos tomado en cuenta, para armarnos teóricamente y fortalecer nuestra capacidad analítica. Entre los cerebros más lúcidos en la historia de la humanidad hay uno de quien todavía tenemos mucho por aprender y cuyas reflexiones y categorías pueden servirnos, con un poco de imaginación y espíritu abierto, de cimiento para nuevas construcciones, de cuya eventual fortaleza o debilidad, desde luego, seremos los únicos responsables. En el momento histórico actual se hace más evidente que nunca antes la imposibilidad de “pensar” la historia como simple “historia nacional”, pues la historia —como estaba convencido Antonio Gramsci— es total y universal, en cuanto tendencia del desarrollo social global que adquiere formas concretas nacionalmente.2 Volvamos la mirada a Gramsci, no para pedirle que nos repita la historia de su época, sino para plantearle las acuciantes preguntas que nos dicta la nuestra.

Americanismo y fordismo dentro del sistema conceptual de Gramsci

Una de las características más admirables del pensamiento de Antonio Gramsci es su carácter sistémico. Cada una de sus categorías analíticas está sólidamente enlazada con las demás, complementándose y reforzándose todas de modo mutuo.

En los Cuadernos de la cárcel, Gramsci va desplegando sus ideas en torno a una serie de temas filosóficos y políticos principalmente, levantando así una obra que, si bien venía dictada por las circunstancias inmediatas: el fascismo y la derrota de la revolución socialista en Occidente, alcanza finalmente las dimensiones por él deseadas: für ewig.3 Dentro de los intereses gramscianos ocupan un lugar muy especial lasPage 11reflexiones sobre el fenómeno por él llamado americanismo y fordismo, plasmadas en el cuaderno 22. Su preocupación central era comprender la modernización (no sólo económica) en curso hacia los años veinte y albores de los treinta en los Estados Unidos, pues intuía la generalización del fenómeno en el mundo y probablemente bajo diversas apariencias (incluyendo una versión fascista), razón suficiente para una cuidadosa atención. En opinión de Franco de Felice4 las notas sobre americanismo y fordismo se refieren a la acentuación de la desigualdad en el desarrollo del capitalismo (relación Europa-América) y al surgimiento de nuevas formas de organización de éste. Si aceptamos esta tesis como válida, no es difícil descubrir la utilidad de la reflexión gramsciana en el estudio de la globalización. Esto, si la concebimos como un proceso contradictorio en el que coexisten homogeneización y polarización y las desigualdades se dan entre centro y periferia, así como en el interior de cada país, con independencia de su grado de desarrollo.5 Por su parte, Christine Buci-Glucksmann6apunta que la originalidad del análisis gramsciano consiste en llevar el estudio de las contratendencias del capital a la baja de la tasa de ganancia hasta las formas de organización del trabajo y explicar el espacio de la política a la luz de los nuevos desarrollos del capitalismo; o sea, las formas de la política en sus relaciones con las fuerzas productivas. Estos señalamientos, citados a manera de ejemplo, anuncian el provecho posible derivado del tratar de explicarnos el fenómeno de la globalización retomando las ideas centrales de Antonio Gramsci contenidas en el cuaderno 22, cuyas principales líneas de argumentación podrían resumirse en los siguientes términos:7

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1) Las condiciones objetivas de la economía en general y en particular la búsqueda de éxito en la competencia, lo cual implica la necesidad de superar la ley de la baja tendencial de la tasa de ganancia, hacen que los capitalistas introduzcan nuevas formas de racionalización del proceso laboral y de programación económica.

2) El fordismo8 es una de estas formas de racionalización del proceso laboral que, combinando coerción y persuasión, produce los siguientes efectos en la empresa que lo aplica:

a) Aumenta el poder de competencia en los mercados (incluido el mercado internacional).9

b) Posibilita el pago de altos salarios (elemento de persuasión), con lo cual se asegura cierta estabilidad de la plantilla laboral. Los altos salarios son una forma transitoria de retribución que presupone la existencia de poco o nulo desempleo. Ellos son posibles sólo cuando todavía no se han generalizado los nuevos métodos de trabajo y producción, gracias a que la empresa en cuestión ejerce un monopolio que le permite obtener beneficios de monopolio. Por otra parte, sólo disfrutan de ellos algunos obreros (aristocracia obrera).

c) La mecanización de las operaciones laborales (taylorismo) puede hacer que el obrero tenga mayor libertad para pensar. Para evitar que esa libertad se use en desarrollar pensamientos inconformistas, se ponen en marcha iniciativas “educativas”.

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Asimismo, el fordismo tiene como fin principal la creación de un nuevo tipo humano que se comporte “racionalmente” dentro y fuera de la fábrica (control del instinto sexual mediante ideas puritanas y prohibicionismo).

3) El industrialismo ha sido un proceso continuo de sometimiento de los instintos a hábitos de orden, exactitud, etc., de acuerdo con cierta racionalidad.

4) Existe una estrecha relación entre métodos de trabajo y modos de vivir, pensar y sentir la vida.

5) El americanismo, como el mayor esfuerzo colectivo en la historia para crear un nuevo tipo humano, representa una fase del industrialismo, una prolongación e intensificación de la civilización europea basada en la industrialización, que al transformar en extremo las bases materiales de la civilización europea, podría dar nacimiento a una nueva civilización.

6) El americanismo, apoyándose en el fordismo y en el taylorismo,10 es una moderna forma de producción y una forma específica de racionalización que requiere cierta estructura de clases de la sociedad, sin clases absolutamente parasitarias, razón por la cual encuentra resistencias en los residuos pasivos de la sociedad.

7) El americanismo modifica al hombre y a la realidad, pero no en forma explosiva, sino mediante cambios graduales y acumulativos, por lo cual se puede considerar como una suerte de revolución pasiva.

8) El americanismo encuentra un apoyo propicio en el Estado liberal. Éste garantiza el funcionamiento de la libre competencia, produciendo la monopolización.

9) El corporativismo puede facilitar la introducción del americanismo.

Los conceptos fundamentales introducidos, tales como competencia, fordismo, civilización industrial, americanismo y revolución pasiva, así como las proposiciones anteriores, sólo pueden ser cabalmente comprendidos si se profundiza en cuatro ejes Page 14temáticos que los vertebran y permiten enlazar los conceptos centrales mencionados con el resto de las categorías elaboradas por Gramsci. Estos ejes temáticos son los siguientes:

a) La filosofía-acción

b) La civilización industrial

c) Hegemonía y Estado

d) La competencia capitalista

Cada uno de estos grandes temas: competencia, hegemonía y Estado, civilización industrial y filosofía, corresponden a distintos niveles y tienen diferentes funciones en el discurso de Gramsci. A cada uno de ellos dedica en los demás cuadernos reflexiones variables en cuanto a extensión, número y profundidad. Sin embargo, de su lectura se desprende una pregunta central en la reflexión gramsciana: ¿cómo se construye la hegemonía (combinación de coerción y persuasión) por parte de determinado grupo o fuerza social que, para alcanzar el éxito en la competencia dentro del mercado mundial, tiene que innovar la economía y por consiguiente la civilización industrial?

La respuesta de Gramsci a la interrogante anterior se apoya en sus concepciones sobre los ejes temáticos señalados. Aproximémonos a las principales líneas de argumentación de cada uno de ellos.

Filosofía-acción

Para Gramsci, la filosofía se puede expresar de dos maneras: como discurso y como acción, debido al correlato entre el hacer y el pensar/sentir, que se manifiesta como un determinado nexo psico-físico. En particular, esto funciona igualmente cuando el hacer se refiere a los procesos de trabajo y producción, y el pensar/sentir corresponde a las formas ideológicas a través de las cuales se mira y se valora el mundo.

El concepto de filosofía-acción sirve a Gramsci para concebir el americanismo como cierta forma de filosofía no expresada en fórmulas, en un discurso, sino en actos. Como es conocido, a la pregunta “¿Qué es la filosofía?”, al inicio de la nota 59 del cuaderno 11, Gramsci responde que se trata de una actividad creativa, pero para no caer en el solipsismo, debe plantearse la cuestión históricamente y al mismo tiem-Page 15po colocar en la base de la filosofía la voluntad, es decir, en última instancia la actividad práctica o política, una voluntad racional (las cursivas son mías) “que se realiza en cuanto...

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