De la multiculturalidad a la interculturalidad: la reforma del Estado y los pueblos indígenas en México

AutorIctzel Maldonado Ledezma
CargoLicenciada en Relaciones Internacionales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y profesora de asignatura adscrita al Centro de Estudios Sociológicos de dicha institución. Maestrante en Estudios en Relaciones Internacionales en el Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM
Páginas287-319
287
Andamios
DE LA MULTICULTURALIDAD A LA INTERCULTURALIDAD:
LA REFORMA DEL ESTADO Y LOS PUEBLOS INGENAS EN MÉXICO
Ictzel Maldonado Ledezma*
RESUMEN. .
. .
. La autora proporciona algunos elementos de alisis
para entender las contradicciones intrínsecas del modelo del
Estado-nación con respecto a la diversidad étnico-cultural real y
al ideal moderno de homogeneidad étnico-cultural en México.
Esto constituye un primer paso para fundamentar la hipótesis
del trabajo: la necesidad de transitar de una realidad multicultural
a un escenario eutópico intercultural, para lo cual es necesario, a
su vez, una reforma integral del Estado. Así, la autora presen-
ta un breve alisis de la reforma constitucional en materia de
derechos de los pueblos indígenas, e indica la pertinencia de rea-
brir el proceso legislativo para corregir las deficiencias de la
reforma constitucional, como un piso legal mínimo para arribar
a ese escenario intercultural.
PALABRAS CLAVE:
Estado-nación, multiculturalidad, interculturalidad,
reforma del Estado, derechos de los pueblos indígenas.
INTRODUCCIÓN
En el presente ensayo se proveen algunos elementos de alisis para
ayudar a la comprensión de las contradicciones inherentes al Estado-
nación moderno —con especial atención en el caso de México—, en
lo que respecta a la diversidad étnico-cultural real y al ideal de ho-
mogeneidad étnica y cultural que sustensu construcción. Esto
constituye un primer paso para fundamentar la hipótesis que guía este
* Licenciada en Relaciones Internacionales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
de la UNAM y profesora de asignatura adscrita al Centro de Estudios Sociológicos de dicha
institución. Maestrante en Estudios en Relaciones Internacionales en el Posgrado en Ciencias
Políticas y Sociales de la UNAM. Correo electrónico: ictzel_maldonado@yahoo.com.mx.
Volumen 7, número 14, septiembre-diciembre, 2010, pp. 287-319
288 Andamios
trabajo, a saber: la necesidad de transitar de una realidad multicultural
en México hacia un escenario eutópico intercultural, para lo cual es
menester, a su vez, una reforma del Estado, no sólo entendida en rmi-
nos administrativos, económicos o electorales, sino, en un sentido
s amplio, como una transformación de las relaciones de poder entre
indígenas y no ingenas. En estanea de argumentación se presenta
un breve alisis de la reforma constitucional en materia de derechos
de los pueblos ingenas de 2001. Todo esto, en el entendido de que
una redefinición cultural del Estado-nación en México implica,
asimismo, una redefinición política, y que ésta a su vez amerita reabrir
el proceso legislativo para subsanar los déficits de la reforma cons-
titucional citada, como un piso legal mínimo para arribar a dicho
escenario intercultural.
LA REDEFINICIÓN CULTURAL DEL ESTADO-NACIÓN MODERNO: ELEMENTOS PARA EL
ANÁLISIS
El siglo que termina ha visto la lenta des-composición
del pensamiento moderno. Incluso ha dejado percibir
signos precursores de lo que podría ser una nueva forma
de pensar […]. Dos ideas forman parte de la mo-
dernidad; ambas derivan del concepto de una razón
universal y única, igual en todos los hombres y en toda
época. El Estado-nación es la primera. El Estado-nación es
una construccn racional; el mundo entero es, para el
pensamiento moderno, un escenario donde se enfrentan
Estados soberanos. El progreso hacia una cultura ra-
cional es la segunda idea. Porque sólo hay una cultura
conforme a la razón: la occidental, de raíces griegas
y cristianas; las demás tienen valor como estadios en
evolución hacia esa cultura superior […].
LUIS VILLORO
ICTZEL MALDONADO LEDEZMA
289
Andamios
El mundo actual enfrenta diversos cambios que evidencian la fragilidad
de numerosas construcciones modernas tales como el Estado-nación,
el cual durante mucho tiempo se supuso constituía una entidad mo-
nocultural conformada por ciudadanos presuntamente iguales. Sin
embargo, la globalización ha traído consigo la emergencia de nuevas
identidades étnico-culturales en el espacio social, y también ha puesto
de manifiesto la etapa crítica en la que se encuentra ese producto del
proceso moderno que es el Estado-nación, el cual surgió a partir de la
distorsión que consiste en pensar que las sociedades humanas se fundan
sobre la homogeneidad étnico-cultural, cuando realmente, si hay algo
que caracteriza a la humanidad en su conjunto, es la pluralidad de ex-
presiones culturales en su seno. Así, la realidad ha sido muy diferente
de lo que plantea la concepción uniforme del Estado-nación que está
presente en el proyecto moderno: no sólo aquí en los países de la región
latinoamericana, sino en los mismos países europeos es patente la actual
crisis por la que atraviesa el binomio quimérico del “Estado-nación”,
el cual lleva implícita en dicha expresión todas sus contradicciones
inherentes, como se ves adelante. Primero, porque un Estado no
es lo mismo que una nación; segundo, porque el Estado es, por de-
finición, una entidad de cacter político, y la nación, si bien ha adquirido
con el tiempo una connotación política —sentido en el cual se le ha
equiparado erróneamente con el Estado—, no se agota, ni mucho
menos, simplemente en eso, sino que es menester entenderla, antes
que otra cosa, como una entidad substancialmente cultural.
Sin embargo, históricamente se ha concebido al Estado-nación como
si ambos —Estado y nación— constituyeran una unidad natural, y se
ha ocultado el hecho de que éstos responden a procesos distintos de
configuración, si bien en un momento histórico determinado con-
vergieron. Como sala Villoro: “Nación” no siempre estuvo ligada a
“Estado”; su noción tradicional, anterior a la época moderna, no
implicaba necesariamente soberaa política. Muchas “naciones” podían
coexistir bajo el mismo imperio o reino “sin más nculo político entre
ellas que el vasallaje a un soberano común” (Villoro, 1998: 13).
Así, conviene salar las dos tradiciones de pensamiento de las cua-
les se nutre el concepto de nación: por una parte, de la tradición
francesa heredera de la Revolución, que ve en la nación a una entidad
DE LA MULTICULTURALIDAD A LA INTERCULTURALIDAD

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR