Moral y/o política. Un viejo dilema actual

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AutorJorge Narro Monroy
CargoLicenciado en Filosofía y Ciencias Sociales, maestro en Política y Gestión Pública. Profesor numerario del ITESO, adscrito al Centro de Formación Humana.
Páginas1-21
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MORAL Y/O POLÍTICA:
UN VIEJO DILEMA ACTUAL
Jorge A. Narro Monroy*
A Carlos Núñez Hurtado
Los occidentales llevamos, al menos, 24 siglos debatiendo si la vida pública es
o no conciliable con principios y normas morales. Y lo seguimos haciendo -
quizás hoy más que nunca- porque autoridades religiosas con tanto peso
político como el arzobispo de Guadalajara, el Cardenal Juan Sandoval, habla
de “los valores morales” de los jaliscienses y sostiene que deben regir la
conducta de los gobernantes. Y porque el gobernador de Jalisco, Emilio
González Márquez, se ha significado por apoyar con fondos públicos a la
Iglesia católica asumiendo seguramente que se trata de un gesto virtuoso y
agradable a la mayoría de sus gobernados. Porque en temas como la
interrupción voluntaria del embarazo, el matrimonio entre personas del mismo
sexo y la muerte asistida, la jerarquía católica, sectores del Partido Acción
Nacional y el gobierno federal han actuado en función, no de las normas
jurídicas, sino de sus convicciones religiosas; porque se confunden creencias
privadas y políticas públicas; porque unos lo aplauden y otros lo condenan;
porque, en definitiva, es un problema político y no sólo, ni ante todo, un tema
de debate entre filósofos.
Este trabajo forma parte del libro “Ética y política. Ruptura o afinidad en un país convulso”
coeditado por la Universidad de Guadalajara, el Instituto de Estudios Superiores de Occidente
(ITESO) y la Editorial Universitaria
* Licenciado en Filosofía y Ciencias Sociales, maestro en Política y Gestión Pública. Profesor
numerario del ITESO, adscrito al Centro de Formación Humana.
2
¿Se vale legislar de acuerdo a la moral derivada de la propia fe? ¿Es legítimo
tomar decisiones que afectan al erario y a la cosa pública, a la luz de
convicciones personales respecto de lo que es bueno, es justo, proporciona la
felicidad?
No pretendemos responder a estas preguntas. Pero sí poner sobre la mesa
algunas reflexiones (buena parte de ellas no de nuestra autoría), que nos
despejen un poco el camino hacia la búsqueda de sus respuestas.
Ética y moral
En el lenguaje cotidiano solemos confundir ética y moral. Para nosotros
significan lo mismo. O, cuando las diferenciamos, es para sostener que la
moral es una moral religiosa en tanto que la ética es una suerte de moral laica.
Los filósofos, y en particular los filósofos morales (o “éticos”), no ayudan
mucho. La mayoría da por supuesto que ética y moral son cosas distintas, y
siguen adelante sin explicar por qué.
Pues bien. Sí son cosas distintas. José Luis Aranguren distinguía entre “moral
vivida” y “moral pensada”1
. La moral es la primera, la ética la segunda. Dicho
de otra manera: mientras que la moral tiene que ver con acciones, normas,
valores, preferencias, hábitos (el carácter, sobre todo, diría de nuevo
Aranguren), la ética consiste en la reflexión sobre la moral o, mejor dicho, sobre
las morales (porque hay muchas, muchísimas...).
1 Ética, Biblioteca de la Revista de Occidente, Madrid 1976, p. 10.

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