Laboratorio de investigación y desarrollo en comunicación compleja: una propuesta para pensar la complejidad

AutorMargarita Maass
CargoDoctora en ciencias sociales por la UIA. Investigadora del Laboratorio de Investigación y Desarrollo en Comunicación Compleja de la UNAM. Correo electrónico: «maass@labcomplex.net»
Páginas79-96

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Todas las cosas son causadas y causantes, ayudadas y ayudantes, mediatas e inmediatas, y todas subsisten por un lazo natural e inseparable que liga a las más alejadas y a las más diferentes.1

PASCAL

La sociedad, nuestra sociedad, se ha ido complejizando cada vez más. Los problemas, que anteriormente se respondían desde una disciplina específica, lejos de encontrar actualmente plenas soluciones se complican al enfrentarlos desde otras especialidades, desde otras miradas, desde otros puntos de observación. Así tenemos, por ejemplo, que el asunto del genoma humano que si bien va encontrando posibilidades genéticas, implica, al mismo tiempo, problemas morales, religiosos, sociales, éticos, económicos, políticos, culturales y médicos. El fenómeno de las epidemias que azotaban a grandes poblaciones del mundo, ahora médi-

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camente ha sido resuelto pero también es causa, entre otros factores, de la sobrepoblación, que tiene repercusiones mundiales y que genera problemáticas ecológicas y ambientales, económicas y sociales. Más cerca fue el ataque terrorista a Estados Unidos, que presenciamos justo en el momento en que estaba sucediendo. Las consecuencias empezaron a hacerse evidentes en el instante en que sucedía: el mundo se paralizó y entró en un caos generalizado. Los aeropuertos de todos los países se cerraron, los vuelos se suspendieron. Los mercados de dinero se desquiciaron. El mundo se inundó de información proveniente de todos los medios. Las televisiones y los radios de todos los rincones de la tierra estaban encendidos siguiendo los acontecimientos. Presenciamos la importancia y potencialidad de las comunicaciones y del mundo globalizado. Las reacciones no se dejaron esperar y vimos y oímos las opiniones de cantidad de personas. Escuchamos las declaraciones de los líderes políticos, religiosos y sociales de cada nación. Los especialistas, dentro y fuera del mundo académico, propiciaron foros de discusión, mesas de análisis político y social. La opinión pública se manifestó. La humanidad se hizo consciente del tamaño de los problemas y de las implicaciones políticas, militares, económicas, sociales, culturales, religiosas, éticas y morales, que implicaba un asunto de este nivel.

Ciertamente el mundo está cambiando. Nos enfrentamos y participamos en una nueva sociedad del conocimiento que exige un cambio de actitud ante la problemática mundial y ante la vida misma; una distinta manera de enfrentar los problemas, de conocer el mundo, de investigar la realidad y, desde la academia, una nueva forma de observar el objeto de estudio, de reflexionar las dinámicas sociales e intentar resolver la problemática cotidiana. Nos referimos al paradigma de la complejidad. Este novedoso modelo de concebir el mundo implica una revolución considerable, que afecta a todo un sistema de pensamiento: a nivel ontológico, a nivel tecnológico, a nivel metodológico, y a nivel epistemológico (teoría del conocimiento). Afecta a la lógica, a la práctica humana, y por tanto, a la sociedad completa; nos enfrentamos a una Nueva Racionalidad. A nuevas formas de pensar el mundo.

Las universidades e instituciones de educación superior tienen entre sus responsabilidades la generación y producción del conocimiento a partir de la investigación científica y tecnológica. Es precisamente en las

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universidades donde podemos prepararnos y adquirir las habilidades y destrezas para volver observable el mundo. Sin embargo hay, ciertamente, distintos niveles y perspectivas en dicha producción sobre todo cuando pensamos en que las herramientas y saberes necesarios para tal efecto son desiguales en su distribución. ¿Cómo superar estas desigualdades y cómo cumplir con este objetivo que se plantea la universidad en general en este mundo de grandes diferencias? El Laboratorio de Investigación y Desarrollo en Comunicación Compleja (Labcomplex) de la Universidad Nacional Autónoma de México opera desde el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (Ceiich) para acercarse a la respuesta de estos cuestionamientos por medio de la investigación y el desarrollo de cibercultura. Esta propuesta implica aumentar la cultura de información, la cultura de investigación y la cultura de comunicación desde el nuevo paradigma de la complejidad.

La cibercultura colabora en la formación de mayores competencias, habilidades y destrezas para operar formas creativas, sustentables y significativas con la información, con el conocimiento y con la comunicación mediada por computadoras.2 Asimismo, para desarrollar cibercultura, se requiere generar y facilitar una forma de organización que opera mediante procesos de inteligencia distribuida, que generan a su vez procesos cognitivos de equilibración, desequilibración y reequilibraciones estructurales en el individuo (García, 2000).

El Labcomplex/Ceiich se propone investigar y desarrollar cibercultura como estrategia para la gestión comunitaria de conocimiento, pero siempre potenciada por el uso intensivo de tecnologías de información y comunicación como plataforma generativa del mismo. Estamos convencidos de que hay una gran necesidad de formar investigadores desde la inter y transdisciplina a nivel nacional desde el paradigma de la complejidad. Asimismo, requerimos fomentar la creación de redes de nodos de investigadores, estimulando a las jóvenes generaciones para que reflexionen sistemáticamente y de manea compleja alrededor de los problemas actuales, desarrollando una nueva actitud con sentido social frente al vector tecnológico.

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Así, estamos seguros de que desde el pensamiento complejo la investigación adquiere una nueva dimensión; un modelo de investigación social de segundo orden, en el que el objeto perturba al sujeto, y a la inversa; en el que el investigador se responsabiliza de su acción investigadora y trabaja desde un nivel de reflexividad que implica la presencia y determinación del sujeto en el objeto de estudio. Implica también la auto-observación del investigador y el acercamiento al objeto de estudio (Galindo, 1998). ¿Qué significa esto? Es propósito de este trabajo profundizar en este tema y presentar al Labcomplex como una propuesta para pensar la complejidad y actuar desde este nuevo paradigma.

Pensar la complejidad

Este nuevo paradigma parte de un concepto distinto de "racionalidad":

La nueva racionalidad es compleja en relación con todas las complejidades, internas del ser humano y externas de la sociedad, de la naturaleza. La vieja racionalidad es simplificadora, se guía por una lógica formal. La nueva racionalidad desarrolla nuevas lógicas, causas y efectos de los descubrimientos e invenciones de las nuevas ciencias... sostiene que las ciencias, todos los conocimientos y sensibilidades, están en constante evolución. (Vilar, 1997: 13)

Varios filósofos, sociólogos, biólogos, antropólogos, pensadores de la actualidad presentan en su obra el tema de la nueva racionalidad y del paradigma de lo complejo, la teoría de sistemas y la cibernética. Pero ¿cuáles y cómo son definidos los fundamentos de este nuevo paradigma de la complejidad? A continuación se profundiza sobre algunos de sus conceptos claves y sobre la forma en que son fundamentales para entender la estructura del Labcomplex.

Con los avances científicos aparecen nuevos conceptos como el de sistemas autopoiéticos, clausura operacional, física del no equilibrio, sistemas dinámicos inestables, física cuántica, concepto de auto-organización, entidades abiertas, paradojas, verdades y procesos de conocimiento re-

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lativos y transdisciplinares. Estos conceptos trastocan y cuestionan y modifican a los antiguos paradigmas y rompen los marcos epistémicos elaborando nuevas propuestas de acercamiento a la realidad. Surgen nuevas teorías y metateorías; muestran la complejidad del mundo real en la que toda la estructura del sistema de pensamiento cambia, se transforma, se complejiza. Nos encontramos en el fin de las certidumbres, como dice Prigogine (1996). Con el nuevo paradigma de la complejidad surge una ciencia que "observa" los fenómenos trasdisciplinariamente y que ya no se limita "al descubrimiento de la verdad", sino a "la construcción" de la misma, planteando una nueva racionalidad. Una racionalidad que observa al ser humano complejo, que permite la creatividad humana, que a su vez multiplica la complejidad neuronal, sensorial, psíquica y social. Una racionalidad que sugiere la necesidad de relacionar unos elementos con otros, unos fenómenos con otros, descubrir elementos nuevos; tejer redes de relaciones, es decir, hacer una trama con relación de relaciones. Estamos ante un paradigma que nos propone una nueva actitud ante la vida y ante el trabajo académico.

La complejidad es y va siendo un proceso dinámico, reflexivo, creativo, trasdisciplinar y tolerante. Para Morin (2001), el pensamiento complejo es capaz de concebir la complejidad de la realidad antropo-social, en su micro-dimensión (el ser individual) y en su macro-dimensión (el conjunto planetario de la humanidad). La complejidad es un tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones y azares, de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados que forman nuestro mundo fenomenológico. La dificultad del pensamiento complejo es que debe afrontar lo entramado -el juego infinito de interrelaciones-, la solidaridad de los fenómenos entre sí, la bruma, la incertidumbre, la contradicción. Prigogine (1996), como Morin...

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