La idea de 'raza' en Juan Ignacio Molina, en el contexto de la disputa del Nuevo Mundo y la emergencia del mito nacional

AutorPatricio Lepe Carrión
CargoInvestigador de la Facultad de Educação de la Universidad de São Paolo
Páginas285-314
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Andamios
LA IDEA DERAZAEN JUAN IGNACIO MOLINA,
EN EL CONTEXTO DE LA DISPUTA DEL NUEVO MUNDO
Y LA EMERGENCIA DEL MITO NACIONAL*
Patricio Lepe-Carrión**
RESUMEN. El artículo es un acercamiento al concepto de
“raza” en la obra del naturalista chileno Juan Ignacio
Molina, en el contexto de la disputa del Nuevo Mundo y la
historia de la ciencia en Chile. Intentaremos mostrar cómo
este concepto contribuyó a la epistemología patriótica,
legitimando las clasificaciones sociales durante la primera
mitad del siglo XIX, cuando la élite criolla se posiciona en un
lugar socialmente privilegiado, gracias a la reivindicación
del mito sobre el origen de “sangre pura”.
PALABRAS CLAVE. Juan Ignacio Molina, pureza de sangre,
ciencia, raza, nación.
INTRODUCCIÓN
Las historias naturales, como “nuevo campo de visibilidad” (Foucault,
2005: 133), fueron parte de una floreciente prosa científica dieciochesca,
divulgada ampliamente en los sectores más elevados de las clases letradas
europeas (De Pedro, 1995, 1999, 2000, 2004, 2009; Jalón, 1997, 2008;
Volumen 12, número 28, mayo-agosto, 2015, pp. 285-314
* El presente artículo se enmarca en el proyecto Fondecyt, núm. 11140804, titulado:
“Educación y racismo cultural: evidencias y discursividades en los agentes que imple-
mentan el Programa de Educación Intercultural Bilingüe (PEIB)” del Departamento de
Estudios Pedagógicos de la Universidad de Chile; y del Programa de Postdoctorado
(Becas Chile) de la Facultade de Educação de la Universidade de São Paulo.
** Investigador de la Facultad de Educação de la Universidad de São Paolo y del De-
partamento de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Chile. Correo electrónico:
patriciolepe@gmail.com
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PATRICIO LEPE-CARRIÓN
Lafuente, 1992, 2000, 2002; Lafuente y Peset, 1981, 1982; Lafuente y
Valverde, 2003; Nieto Olarte, 2003, 2006, 2010; Peset, 2003). Consti-
tuyeron la fuente de una serie de elementos de una reflexión filosófico-
científica muy presente en las discusiones y los debates al interior de
las élites de aquel entonces, y vinieron —al poco tiempo, a desplegarse
muy rápidamente también en el campo social de Chile durante los siglos
XVIII y XIX, por medio de un largo proceso de acul turación, en que es asi-
milado casi sin ningún cuestionamiento el imaginario eurocéntrico que
legitimó el habitus criollo durante el proceso de Independencia (Castro-
Gómez, 2005; Lepe-Carrión, 2012c).
Las expediciones científicas fueron, sin lugar a dudas, un aporte sig-
nificativo en la aparición y el desarrollo de la episteme clásica (Foucault,
2005) durante el siglo XVIII en Chile. Las nuevas conquistas de corte cien-
tífico, lideradas principalmente por Inglaterra, Francia, Prusia y España
(esta última, posterior al declive que tuvo en el siglo XVII), tenían inten-
ciones estrictamente políticas, y ayudaron a redefinir la vieja cosmovisión
que aún perduraba en la mentalidad europea. Comenzaba así una nueva
configuración geopolítica del mundo, a la vez que se creaba una nueva vi-
sión del habitante americano, una resignificación de la “barbarie” (Lepe-
Carrión, 2012b), de una nueva modelación del otro americano a partir de
lugares privilegiados de enunciación científica e imperial.
Las ideas sobre la inferioridad americana tienen —sin lugar a du-
das— su principal fuente en el pensamiento del naturalista francés
Georges Louis Leclerc Buffon, para quien América era un continente
débil y empobrecido. Pero las ideas sobre la inferioridad de los habitan-
tes del nuevo continente tomarán mayor fuerza con otros pensadores,
principalmente, con el abate Cornelius de Pauw (1768, 1769), quien
será considerado por Antonio Gerbi como el “denigrador de los salva-
jes” (Gerbi, 1960: 61). Sus trabajos causaron un gran revuelo entre los
criollos de América, principalmente porque ponían en el tapete uno de
los puntos clave y más polémicos de la denominada disputa del nue-
vo mundo1 (Castro-Gómez, 2005; Gerbi, 1960; Nieto Olarte, 2007); a
saber, que:
1 La “disputa del Nuevo Mundo” es el nombre que da Antonello Gerbi al debate ilustrado
en torno a la inferioridad de la naturaleza y la población que habitaba el Nuevo Mundo.

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