La ciencia política a examen. Trayectoria, debates e identidad. Entrevistas a Andreas Schedler, Francisco Valdés Ugalde y Víctor Alarcón Olguín

Autor1.Sergio Ortiz Leroux - 2.Moisés Pérez Vega
Cargo1.Profesor investigador de tiempo completo de la Academia de Ciencia Política y Administración Urbana - 2.Profesor investigador de tiempo completo de la Academia de Ciencia Política y Administración Urbana
Páginas151-191

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La Ciencia Política es una disciplina joven. A diferencia del Derecho, la Sociología o la Economía, no cuenta con más de medio siglo de vida, primero en Europa y Estados Unidos, y después en América Latina y México. A pesar de su corta edad, existe ya un acerbo de conocimientos acumulados sobre su estatuto epistemológico y sobre sus fortalezas y debilidades tanto a nivel teórico como metodológico; conocimientos que, evidentemente, están sujetos a constante examen y actualización. En esta ocasión, queremos hacer un nuevo corte de caja sobre el estado actual de la Ciencia Política. Lo hacemos porque estamos convencidos de que el proceso de maduración de una disciplina científica, al igual que sucede en los seres humanos, está directamente asociado al balance crítico y autocrítico sobre sus haberes pasados y deberes futuros. Para cumplir este cometido, hemos entrevistado en distintos momentos a tres exponentes clave de la ciencia política que se realiza en México: Andreas Schedler, Francisco Valdés Ugalde y Víctor Alarcón Olguín. Las preguntas de la entrevista han sido las mismas en los tres casos. Las respuestas, obviamente, difieren o coinciden en mayor o menor medida, pero en todos los casos expresan un interés o pasión común: contribuir a que la Ciencia Política adquiera la mayoría de edad. Andreas Schedler es Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Viena; profesor investigador de la División de Estudios Políticos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE); investigador Nivel II delPage 152Sistema Nacional de Investigadores (SNI), y autor de numerosos artículos y libros en el área de la política comparada, de la cual es una de las autoridades más reconocidas en el mundo entero. Francisco Valdés Ugalde es Doctor en Ciencia Política por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPYS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); investigador titular “C” en el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM; investigador Nivel II del SNI; presidente del Consejo Superior de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), y autor de numerosos artículos y libros sobre temas como la Reforma del Estado y la teoría de las instituciones y la decisión social. Víctor Alarcón Olguín, por su parte, es Maestro en Gobierno y Estudios Internacionales por la Universidad de Notre Dame; profesor-investigador nivel “C” en el Área de Procesos Políticos del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (UAM-I), y autor de numerosos artículos y libros sobre teoría y metodología políticas.

Agradecemos, finalmente, a Alejandra Rosas Zambrano y a Ángela Oyhandy Cioffi por su colaboración en la transcripción de las entrevistas.

Comencemos esta plática con una reflexión general que nos ayudará a definir las coordenadas de nuestro tema de conversación. ¿Qué debemos entender hoy por ciencia política? ¿En qué momento se encuentra actualmente la ciencia política en el mundo: en un momento de crisis o en uno de refundación? A partir de la respuesta a lo anterior, ¿cuáles serían sus principales fortalezas y debilidades tanto a nivel teórico como metodológico?

ANDREAS SCHEDLER (AS): Son varias preguntas a la vez. La pregunta de qué es la ciencia política la respondo de manera bastante sencilla: no es el método lo que la define, sino su lugar institucional. La ciencia política es lo que se hace en las universidades y centros de investigación en ciencia política. Luego, si preguntamos si la ciencia política en el mundo está en crisis o no, mi respuesta sería más compleja, aunque esencialmente optimista. Yo no la veo en crisis. Al contrario, veo una disciplina fuerte, vibrante, innovadora. Hay muchos campos de investigación y reflexión que nos ofrecen un desarrollo vertiginoso,Page 153controversias apasionantes, estudios sofisticados, cuidadosos e iluminadores. A mi propio campo de investigación, el estudio comparado de procesos de democratización, lo vivo así, como un espacio de investigación y discusión vibrante, con mucha relevancia, mucho movimiento, procesos continuos de aprendizaje. Claro que hay mucha heterogeneidad. Al lado de las praderas florecientes, también encontramos campos áridos, desérticos, petrificados. Al lado de los estudios sofisticados, originales y apasionantes, nos topamos con muchos trabajos simplones, repetitivos y aburridos. Pero en su conjunto, el paisaje de la ciencia política contemporánea no ofrece un panorama de crisis. De ninguna manera. En medio de (y por medio de) controversias fuertes, a diario seguimos descubriendo y aprendiendo muchas cosas sobre la política.

FRANCISCO VALDÉS UGALDE (FVU): Son tres preguntas muy importantes y que atañen al corazón de la problemática que la ciencia política atraviesa hoy en día. Creo que por ciencia política debe entenderse, como siempre se ha entendido y en esto no creo que haya cambios fundamentales en cuanto al objeto, la disciplina que explica las razones y las causas que motivan la organización de la actividad política, entendida como la acción pública destinada a la construcción de instituciones, normas y finalidades en torno a la distribución del poder, que normalmente se estructuran en sistemas políticos y que, a fin de cuentas, culminan en las preguntas principales de la disciplina: ¿qué es el Estado en cada momento del desarrollo político humano?, y ¿qué es el Estado a nivel de las sociedades particulares en las que existe como institución? A partir de la idea de que la ciencia política busca explicar conductas y cómo éstas se entrelazan con instituciones y normas, cómo la dinámica de interacción de los agentes sociales y políticos dan como resultado formas específicas de estructuración de lo público, me parece que esto es el objeto central de la ciencia política.

Ahora bien, en relación con el momento en que se encuentra la ciencia política en el mundo, de crisis o refundación, yo más bien veo un proceso caracterizado por rupturas y por acumulación incremental. Con frecuencia se habla de una distinción muy tajante entre la ciencia política positiva y la ciencia política normativa, la ciencia política yPage 154la teoría política, o entre la filosofía política y la explicación o el análisis político; ciertamente son distinciones necesarias dependiendo del nivel de estudio en el que se sitúe el profesional de la ciencia política, pero que no en todos los casos me parecen ni tajantemente separadas, ni contradictorias entre sí como cuerpos de doctrina o de explicación. Sí creo que en el momento actual de la ciencia política es muy importante construir los puentes entre todas ellas; creo que la ciencia política ha avanzado mucho en el estudio de lo que conocemos como ciencia política positiva o de la política realmente existente en los estados democráticos. Pongo el énfasis en los estados democráticos porque, como todos compartimos en la disciplina, estamos en un mundo crecientemente democrático, aunque no totalmente democrático. Pero digamos que un número considerable de sistemas políticos son hoy sistemas democráticos en los cuales por lo menos hay la libertad para elegir gobernantes y removerlos del cargo, aunque esto no necesariamente caracterice a la mayor parte de la población mundial. En eso tenemos todavía un problema con el Estado no democrático.

Creo que la ciencia política ha avanzado mucho en entender los procesos dentro del estado democrático y sus diferentes sistemas políticos, pero creo que se ha quedado rezagada en la comprensión de los fenómenos autoritarios y totalitarios, tanto los que permanecen per se, como, por ejemplo, el caso de China, donde vive un porcentaje importantísimo del género humano, la sexta parte, y de una gran cantidad de situaciones intermedias, que han pasado de autoritarismos a democracias.

En ese sentido, creo que el avance para comprender los procesos electorales y de decisión pública de agregación de preferencias, de organización del espacio público, de conformación de nuevas realidades estatales, de organización de la pluralidad en los estados democráticos, ha sido muy significativo. Contamos hoy con evidencia y con información empírica que llena realmente gigantescas bases de datos que permiten a los estudiosos analizar fenómenos para los cuales antes no se contaba con tanta información; lo mismo me refiero, por ejemplo, a temas de opinión pública, las series de encuestas, la tradición de encuestar de manera sistemática. La acumulación de información en ese aspecto es muy importante y constituye una fuente de información yPage 155de estudio que actualmente ha sido mucho más explorada que en el pasado.

Respecto a las situaciones intermedias de transiciones del auto- ritarismo a la democracia, hablando en términos generales (porque obviamente hay sub-regiones y casos que podemos reagrupar a su vez en otras categorías), la ciencia política pecó de un cierto exceso de optimismo y de simplismo. Empiezo por el simplismo, que consistió en considerar a una gran cantidad de casos que ahora vemos que tenían más diferencias que identidades, o diferencias lo suficientemente significativas como para no agruparlos de la misma forma, cuyo tránsito de formas autoritarias a sistemas electorales pluralistas y sistemas políticos democráticos (entre comillas) ha sido mucho más compleja de lo que la teoría de las transiciones suponía; pongo un solo ejemplo para no abrumar con la gran cantidad a que se pueden aludir: las transiciones que ocurrieron de dictaduras militares a la instauración de sistemas democráticos son relativamente más súbitas, desde el punto de vista de que al producirse la ruptura de la dictadura y los acuerdos básicos para fundar o refundar un Estado democrático, caracterizó transiciones, digámoslo así, “nítidas”, no porque sean totalmente claras, no porque hayan sido todos resultados de procesos felices o, por el contrario, muy complejos, pero revelan un paso donde uno puede encontrar el inicio de la democracia en...

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