Habitar Tijuana y Nogales: utopías y distopías
| Autor | Liliana López Levi |
| Páginas | 111-136 |
Habitar Tijuana y Nogales: utopías y distopías
Liliana López Levi
Introducción
Las ciudades en diversas partes del mundo han transitado, durante el últi-
mo siglo, hacia una estructura más segregada y desarticulada, en la cual se
transforma la funcionalidad y la conectividad. Diversas fuerzas económico-
culturales del capitalismo actual han llevado a que los espacios urbanos se inclinen
hacia el encierro, lo cual se hace patente, principalmente, en el ámbito comercial,
de ocio y habitacional. Bajo esta lógica, casas, fraccionamientos, centros comercia-
les y hoteles han seguido una tendencia hacia la fragmentación, acentuando los ele-
mentos de separación, demarcando fronteras y reproduciendo barreras, tanto físicas
como intangibles.
La frontera norte de México no es la excepción; sus espacios urbanos hacen eco a
esta dinámica occidental y absorben su lógica; aunque le imprimen las huellas de una
problemática propia, así como de las formas en que la sociedad local percibe, inter-
En este sentido, se puede explicar el paisaje a partir de ciertos imaginarios colec-
tivos, que desempeñan un papel preponderante en la conformación de la ciudad. En
particular, se abordan la inseguridad y el deseo como categorías analíticas del en-
cierro, mismas que desde la perspectiva cultural han ayudado a explicar el fenóme-
no en diversas partes del mundo; pero esta vez en un contexto donde lo efímero y lo
transitorio conforman la naturaleza del territorio. Los cuatro imaginarios son la guía
para entender la forma en que se materializa el encierro y se conforma un espacio
hiperreal, un simulacro, que en términos territoriales podemos nombrar y caracteri-
zar a partir de las utopías y distopías. En este tenor se retomarán tres espacios que
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ARQUITECTURA SIN RIESGOS.VIVIENDA Y URBANISMO DE COMUNIDADES CERCADAS
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tar un espacio fronterizo: los hoteles, los centros comerciales y los fraccionamien-
tos cerrados.
Para abordar el papel de los imaginarios urbanos en la ciudad y su habitabili-
dad, considero apropiado partir de las ideas desarrolladas por Braunstein (2001) y
Silva (2005), complementadas con la conceptualización del simulacro en Baudri-
en espacios físicamente concretos. Para ver la forma en que se puede leer el paisaje
fronterizo, retomo a diversos autores de geografía cultural,1 particularmente a Dun-
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nes sobre el entorno local surgen de las múltiples discusiones con Eloy Méndez,
de una arquitectura y urbanismo alternativos a la luz de la experiencia de la fronte-
ra norte de México (1980-2003)”; en particular de la insistencia de Eloy Méndez en
reparar en lo efímero y lo transitorio como elementos que caracterizan la naturale-
za de la cultura fronteriza. La información de campo proviene de recorridos por No-
gales y Tijuana en febrero y marzo de 2005, de las entrevistas y pláticas realizadas,
en el marco del proyecto mencionado, con diversos actores sociales, entre los que se
encuentran habitantes de los espacios cerrados, funcionarios locales, promotores in-
mobiliarios y artistas, así como de documentos municipales referentes a los fraccio-
namientos.
Los imaginarios urbanos y sus espacios hiperreales
Las ciudades se caminan, se viven, se fantasean y se interpretan. Sus aromas nos
envuelven, los evitamos, los padecemos y los disfrazamos con perfumes; cerramos
nuestros oídos al ruido y por consiguiente, a los pájaros y a los grillos. Pocas per-
sonas miran al cielo para descubrir aves; en cambio nuestra atención queda atrapa-
da por las puntas de los cerros y los espectaculares; por las cañadas llenas de casas y
por las construcciones amuralladas que prometen el paraíso. Los sabores han queda-
Cada individuo forma parte de la ciudad, cada acción suya la transforma. Aunque
1 Ver por ejemplo: Duncan J. y Ley D. (coords.) (1993), Place/ culture/ representation, Londres y
Nueva York, Routledge; Westwood S. y Williams J. (1997), Imagining cities, Londres y Nueva York,
Routledge.
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