La violencia de género como estrategia masculina para afrontar el cambio en las mujeres. El caso de socias y socios de una empresa rural en Oaxaca

AutorMaría Elena Figueroa Díaz
Páginas48-64
TRACE 57 (Junio 2010): págs. 48-64
48
48
D.R. © 2010. Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos. México, D.F. ISSN: 0185-6286.
www.cemca.org.mx
La violencia de género como estrategia
masculina para afrontar el cambio en
las mujeres
El caso de socias y socios de una empresa
rural en Oaxaca
María Elena
Figueroa Díaz
Resumen: Este artículo analiza, desde la
perspectiva teórica de las representaciones
sociales, el ejercicio y la justificación de la
violencia, a partir del argumento de la in-
fidelidad femenina, de varones campesinos
oaxaqueños que se ven amenazados por el
creciente fortalecimiento de sus esposas,
a partir de la participación de ellas en una
empresa de procesamiento y distribución de
alimentos tradicionales. La violencia hacia
las mujeres es vista como una estrategia de
afrontamiento ante la presencia de nuevos
elementos en las representaciones sociales de
la mujer, del hombre y de la violencia.
[violencia contra la mujer, infidelidad, masculinidad, fortalecimiento, ser proveedor]
Abstract: From a theoretical perspective of
social representations, this article analyses
the exercise and justification of violence
practiced by Oaxacan male peasants with
the argument of infidelity from their partners
or wives who seem to threaten these males,
due to the increasing strengthening of these
women derived from their working in an
enterprise which processes and distributes
traditional foods. Violence towards women
is contemplated as a confronting strategy
when encountering those new elements in
the social representations of women, of men
and of violence.
Résumé : Dans la perspective théorique des
représentations sociales, cet article analyse
l´exercice et la justification de la violence,
à partir de l´argument d’infidélité féminine
avancé par les hommes de Oaxaca qui se
voient menacés par l’assurance grandissante
de leurs épouses, depuis qu’elles travaillent
dans une entreprise de traitement et de
distribution d´aliments traditionnels. La vio-
lence envers les femmes est vue comme une
stratégie d´affrontement face à l’émergence
de nouveaux éléments dans les représenta-
tions sociales de la femme, de l´homme et
de la violence.
En un mundo en el que todas las personas están bajo el riesgo de numerosas formas de violencia,
las mujeres y los niños son especialmente vulnerables; pero también lo son los varones que,
por su condición étnica y de clase, y por su situación económica crítica, se ven constreñidos por
diversas expresiones de poder. Se ha hablado mucho sobre violencia de género, intrafamiliar
o doméstica, de violencia contra las mujeres en sus variantes física, sexual y psíquica. Se ha
puesto un gran énfasis, y con razón, en la posición de víctima que ocupan miles de mujeres en
el mundo entero. Sin embargo, desde una perspectiva social y, más concretamente, desde la
teoría de las representaciones sociales, es necesario ver las relaciones de poder (que pueden
incluir manifestaciones de violencia) como sociales, relacionales, en las cuales la violencia
ejercida y sufrida se percibe dentro de un marco estructurado por los sistemas locales de género
que incluyen representaciones sociales de lo que son y deben ser los hombres y las mujeres,
y que involucra a ambos en la dinámica de tales sistemas.
En este ensayo nos centraremos en analizar lo que le ha sucedido a algunos hombres que no
han podido cumplir con su papel de proveedor y que, ante mujeres recientemente fortalecidas
por una nueva realidad laboral, y ante el hecho de no tener una representación social de la
mujer emancipada lo suficientemente consolidada, recurren a la violencia, apoyándose en el
imaginario de la infidelidad femenina.
No podemos soslayar el intrincado y complejo tejido social que involucra la realidad de la
violencia de género. La agresión de los hombres hacia las mujeres es parte de la designación
de poder atribuida al género masculino; la violencia, concatenada a otros comportamientos
asumidos como masculinos (Furedi 1983), emerge de un imaginario formulado desde la división
La violencia de género como estrategia masculina para afrontar el cambio en las mujeres María Elena Figueroa Díaz
49
49
absoluta, dentro del sistema de género, de los varones y las mujeres, que estructura menta-
lidades, disposiciones, actitudes y psiques. Históricamente, se naturalizan y se invisibilizan
numerosas y continuas formas de violencia hacia las mujeres, desde su reclusión a los espacios
privados, hasta formas patentes y extremas de violencia sobre su cuerpo, sus emociones y su
mente. En ese sentido, la violencia se asume como la otra cara de la razón, en tanto ejercicio,
imparcial, normal y “justo”, de esa razón que le pertenece al varón simplemente por serlo (Seidler
2002). La mujer, vulnerable por su condición de desventaja, inserta en el orden de la violencia
simbólica, asumiendo como normal y natural la coerción, y tramando constantemente formas
de resistencia, de violencia pasiva, de alianzas con el hombre para agredir a otras mujeres, de
justificación de la agresión masculina, o de rebeldía, en el mejor de los casos, se puede ir
liberando muy lentamente, casi de manera imperceptible, del yugo violento de las relaciones
de dominación que le ha tocado vivir. Ella juega un papel cómplice, ejerce violencia, sobre todo
si su edad, estatus social y capital simbólico lo permiten, sobre otras mujeres o sobre algunos
hombres que se ubican en una situación de subordinación. A su vez, los varones, socializados
para el control y la dominación, muchas veces padeciendo ese destino, experimentan el malestar
propiamente masculino de tener que cumplir con expectativas a veces difíciles de sostener.
Este cuadro descrito es familiar en la vida de las mujeres y los hombres de un pequeño
pueblo de Oaxaca de ascendencia zapoteca. Algunos de ellos han comenzado a transformar
sus vidas, a partir de la creación de una empresa que ha transformado a las mujeres en cam-
pesinas “empresarias” (que ensayan formas de libertad, que toman decisiones, que intentan
jugar el papel de proveedoras y de jefas), y que ha colocado a los varones vinculados a ellas
en una situación de vulnerabilidad y de amenaza a su posición dominante.
En el presente ar tículo se hace un análisis, a partir de un trabajo de campo etnográfico, de la
violencia ejercida por algunos varones contra sus esposas1 en el contexto del cambio que están
experimentando los miembros de una empresa que procesa y distribuye productos gastronómicos
orgánicos en un poblado ubicado en los valles centrales de Oaxaca. Esta empresa es un proyecto
que funciona desde 1999, y que juega un papel central en la vida de sus participantes. Obser-
vamos que la transformación en las relaciones de género de socias y socios está modificando
la representación social de ser mujer y ser hombre que ellos mismos detentan; de este modo, la
violencia percibida contra la mujer, en tanto representación, se ha alterado sustancialmente y, con
ello, su ejercicio y su recepción. La violencia estructural hacia la mujer, producto del sistema local
de género, sigue constriñendo las posibilidades de estas mujeres y estos hombres; sin embargo,
la experiencia vivida dentro de la empresa ha permitido que se gesten cambios importantes.
Mujeres y hombres han comenzado a mostrar actitudes distintas, más emergentes; condena
a la violencia hacia las mujeres, relaciones de pareja más equitativas, intercambiabilidad de
roles de género, preocupación por una educación no violenta para los hijos, apoyo mutuo, son
manifestaciones del deseo de vivir de mejor manera que observamos en ellas y ellos.
En términos generales, se detecta en esta comunidad una marcada violencia intrafamiliar
vivida por los entrevistados en su infancia; más que violencia sufrida, que por supuesto exis-
tió, se reporta violencia observada entre sus progenitores. Asimismo, se presenta una álgida
violencia de las suegras en contra de las nueras, que responde a un patrón de residencia pos
matrimonial patrivirilocal (D’Aubeterre 2000) vinculada a la transmisión de los recursos, en
el cual las madres, que fueron agredidas por sus propias suegras, se alían con sus hijos para
controlar a sus nueras, intrusas dentro de ese sistema de supervivencia. También se detecta,
1 Esta violencia contra la mujer forma parte de algo que llamaríamos violencia de género, y que implicaría también
formas de violencia de parte de las mujeres hacia los hombres, y otras formas de violencia estructural que afectan
a mujeres y a hombres. Aquí nos centraremos en algunos actos de violencia no sexual que aparecen en el ámbito
doméstico, y utilizaremos el término “violencia de género”, y a veces “violencia hacia la mujer”, para referirnos a
dichos actos.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR