El Tribunal Federal Electoral debe desaparecer

AutorÁngel M. Junquera Sepúlveda
CargoDirector General
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Quizá fue el momento en que se anunció; quizá, el modo en que la refoma intentó introducirse de contrabando; quizá, las reacciones de algunos senadores... Lo cierto es que el “haber de retiro” —una descomunal pensión vitalicia que se asignó a los siete magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación— fue mal vista, muy mal vista, en casi todos los ámbitos del país.

Resulta dí?cil explicar, imposible a decir verdad, por qué el Estado debe desembolsar 730,300,000 —los cálculos son del periódico Reforma, que precisa que en la cifra no se incluyen “prestaciones”— para jubilar a siete magistrados que, aunque decentes y honorables, no realizan una tarea más importante que la de otros miles de servidores públicos, tan dedicados y honestos como ellos.

“Es para garantizar imparcialidad”, explicó el magistrado del TRIFE, Flavio Galván. Pero, entonces, ¿habría que pagar también pensiones vitalicias tan escandalosas a los integrantes del INE, de la Comisión Federal de Competencia, del INTEL, del IFAI, del Banco de México, del INEGI y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, para evitar que éstos se corrompan? Con este argumento, los jueces y magistrados, tanto locales como federales, tendrían que recibir una pensión similar, lo mismo que los integrantes del Tribunal Superior de Conciliación y Arbitraje, del Tribunal Fiscal y de Justicia Administrativa, y de todas las juntas de conciliación y arbitraje de México. ¿Cómo garantizaríamos, si no, la imparcialidad de estos órganos?

Mientras el senador Javier Corral atribuyó la pi?a a un ardid del Consejero Jurídico del Ejecutivo Federal, los perredistas se dijeron chamaqueados, por haber votado una iniciativa que ni siquiera tuvieron oportunidad de revisar. Algunos disidentes de ambos partidos —Roberto Gil y Miguel Barbosa— salieron a decir que no había habido imposiciones ni sorpresas: sus bancadas siempre habían sabido lo que votaban. Haya sido como haya sido, la decisión lastimó a los tres poderes de la Unión.

La Jornada y otros diarios...

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