Etiología y hermenéutica del motivo folclórico y el proverbio clásico 'Tesoro de duendes
Autor | Alberto E. Martos García - Aitana Martos García |
Cargo | Profesor Contratado, Doctor de la Universidad de Extremadura, España - Doctora en Documentación, Universidad de Extremadura, España |
Páginas | 213-235 |
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Andamios
EtiologíA y hErmEnéuticA dEl motivo folclórico
y El provErbio clásico “tEsoro dE duEndEs”
Alberto E. Martos García*
Aitana Martos García**
rEsumEn. Se describe el tesoro de duendes como una fabulación
folclórica común que generó una lexicalización y proverbio, de lo
cual se hacen eco numerosas alusiones y citas de fuentes literarias,
en particular en el Siglo de Oro. Se comparan ambos discursos
a la luz de los conceptos de iconotropismo (Graves) y de don
(Mauss), lo cual lleva a una hermenéutica y decons trucción del
concepto de tesoro en dichas fuentes, con énfasis en la descrip-
ción de los desplazamientos metonímicos y en la apertura de
los significados. La literaturización del cuento popular culmina
en un proceso de restricción semántica, donde el tesoro se ma-
terializa de forma unidireccional y a la vez se moraliza como
fuente de engaños. Por el contrario, el con cepto clásico agalma
es mucho más omnicomprensivo. La vista y la apariencia juegan
un gran papel, conformando una isotopía de lo visionario y la
visibilidad, que engarza así las dos cosmo visiones. La desvalo-
rización simbólica del don explicaría el uso del proverbio en el
Siglo de Oro.
pAlAbrAs clAvE. Duende, cuento, mito, leyenda, tesoro, agalma,
hadas, Siglo de Oro.
* Profesor Contratado, Doctor de la Universidad de Extremadura, España, dirección
electrónica: albertomg@unex.es
** Doctora en Documentación, Universidad de Extremadura, España, dirección electró-
nica: aitmartos@gmail.com
Volumen 12, número 27, enero-abril, 2015, pp. 213-235
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Alberto e. MArtos GArcíA, AitAnA MArtos GArcíA
... por conformarme con los que han hecho diccionarios copiosos y
llamádolos Tesoros, me atrevo a usar deste término por título de mi
obra, pero los que andan a buscar tesoros encantados suelen decir
fabulosamente que, hallada la en trada de la cueva do sospechan
estar, les salen al encuentro diversidad de monstruos fantásticos,
a fin de les poner miedo y espanto para hacerlos volver atrás,
amenazándolos un fiero jayán con una desaforada maza, un
dragón que echa llamas de fuego por ojos y boca, un león rabioso
que, con sus uñas y dientes, hace ademán de despedazarlos;
pero venciendo con su buen ánimo y con sus conjuros todas estas
fantasmas llegan a la puerta del aposento, donde hallan la mora
encantada en su trono, sentada en una real silla y cercada de
grandes joyas y mucha riqueza, la cual, si tiene por bien de les
dejar sacar el tesoro, van con recelo y miedo de que en saliendo
afuera, se les ha de convertir en carbones. Yo he buscado con toda
di ligencia este Tesoro de la lengua castellana y lidiado con diferen-
tes fieras, que para mí y para los que saben poco, tales se pueden
llamar las lenguas extranjeras...
Sebastián de Covarrubias,
Tesoro de la lengua castellana o española
prEsEntAción
Hay nociones que evidencian el continuum que configura la memoria cul-
tural, y una de ellas es el mitema de “tesoro”. En efecto, hallamos de éste
numerosas referencias y leyendas arqueológicas en toda Europa, como
cuando se encuentra un ajuar funerario en un enterramiento celta; pero
en la tradición hispánica las tradiciones se multiplican de norte a sur, y
dan pábulo a las fabulaciones literarias del Siglo de Oro, que es cuando
se populariza el proverbio de “tesoro de duende”. Por aludir a un caso
emblemático, el que Covarrubias (1611) glose de forma detallada, en sus
diversas acepciones, e incluso reproduzca el patrón de un cuento de teso-
ro en el prólogo para justificar de forma alegórica su trabajo, es un indicio
concluyente de la fama y extensión de estas historias.
Si tanto le influyó a Covarrubias como para denominar así su propia
obra y está igualmente en alusiones de numerosos autores clásicos
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