De enemigos a adversarios: la transformación del concepto de 'lo político' de Carl Schmitt por Chantal Mouffe

AutorHoracio Luján Martínez - Rita de Cássia Lins e Silva
CargoProfesor del curso de filosofía (licenciado y doctorado) de la Pontifícia Universidade Católica do Paraná (PUCPR) Campus Curitiba, Paraná, Brasil - Investigadora del doctorado en filosofía de la Pontifícia Universidade Católica do Paraná (PUCPR) Campus Curitiba, Paraná, Brasil
Páginas83-102
Andamios 83
DE ENEMIGOS A ADVERSARIOS: LA TRANSFORMACIÓN DEL
CONCEPTO DELO POLÍTICO DE CARL SCHMITT
POR CHANTAL MOUFFE1
Horacio Luján Martínez*
Rita de Cássia Lins e Silva**
RESUMEN: Este artículo pretende analizar la iniciativa teórica
de Chantal Mouffe de resignificar “lo político” frente a la ra-
cionalidad política consensual sostenida por la tradición liberal.
Tal perspectiva debe encarar el desafío de una readecuación
democrática consolidada por y para el pluralismo de iden-
tidades políticas. Para este fin, se trae a escena el conocido
binomio amigo/enemigo de Carl Schmitt para considerar su
transformación en otro binomio: nosotros/ellos, en el marco
del objetivo de pasar del antagonismo al agonismo. Serán con-
sideradas sus consecuencias en contraste con un escenario
marcado por la creciente moralización de los discursos políticos.
Moralización que no hace más que ocultar la falta de debates
políticos profundos ante manifestaciones populares que realizan
diferentes demandas democráticas.
PALABRAS CLAVE: Democracia radical, antagonismo, agonismo.
* Profesor del curso de filosofía (licenciado y doctorado) de la Pontifícia Universidade
Católica do Paraná (PUCPR) Campus Curitiba, Paraná, Brasil. Correo electrónico:
horacio4@hotmail.com
** Investigadora del doctorado en filosofía de la Pontifícia Universidade Católica
do Paraná (PUCPR) Campus Curitiba, Paraná, Brasil. Correo electrónico: linsesilva@
globo.com
1 Agradecemos las observaciones de los evaluadores anónimos que ayudaron a mejorar
este texto.
Volumen 11, número 24, enero-abril, p. 83-102
Andamios
84
HORACIO LUJÁN MARTÍNEZ Y RITA DE CÁSSIA LINS E SILVA
INTRODUCCIÓN
Después de la caída del Muro de Berlín fue anunciada con cierto aire
festivo la llegada del “fin de la historia”, lo cual se identificó con el final
de las llamadas “luchas ideológicas”.2 No obstante, el fin del régimen
soviético evidenció, antes de que la soñada pacificación cosmopolita, la
emergencia de nuevos antagonismos y conflictos violentos subrayados
por la indiferencia de los mismos celebradores de esta paz mundial.3
Esta indiferencia por parte de las grandes potencias mostró el carácter
de “hegemonía sin adversarios” que pretendía lo que se dio en lla-
mar, con mayor o menor precisión, de “neoliberalismo” en los años
noventa del siglo pasado.
En este sentido, acompañamos el análisis de Chantal Mouffe, quien
afirma que la promesa de la democracia liberal falla constitutivamente
—y no sólo empíricamente— al subsumir la pluralidad de las demandas
políticas a un orden universal de valores, al sustituir la legitimidad por
la legalidad formal, como si los conflictos fuesen resabios del pasado,
fruto de concepciones y sujetos políticos arcaicos.
Por “democracia liberal”, Mouffe entiende la posición en la que el
consenso entre individuos es el objetivo de la política y que tal ob-
jetivo implica o lleva a una natural armonía social. La desigualdad
social recibe entonces la eufemística denominación de “meritocracia”,
un virtual régimen natural de sobrevivencia y éxito del más fuerte,
entendiendo por más fuerte aquel que posee un mayor grado de con-
vicción para obtener éxito financiero. Irónicamente, el racionalismo
liberal, o el que declaman los que defienden estas teorías, es impensable
sin una concepción de “voluntad fuerte” que lo acompañe. La razón y la
2 Se ha escrito tanto y se habla tanto y con remarcada superficialidad en muchos casos
sobre ideología y su fin —o la necesidad de su fin— que, en este texto, optamos por la
cautela sobre su uso. En todo caso nos permitimos acompañar a Slavoj Žižek (1999),
quien afirma que por detrás del anunciado “fin de las ideologías” lo que emerge es el
“cinismo como ideología”, esto es, la apología de un supuesto vivir sin convicciones
profundas.
3 La indiferencia a la que nos referimos puede ser ejemplificada por el siniestro laissez
faire político de las potencias hegemónicas ante los conflictos bélicos en los Balcanes y
el genocidio en Ruanda en la década de 1990, entre otros casos conocidos.

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