La elocuencia y la argumentación

AutorDra. Verónica Zorrilla Mateos
Páginas1-9

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Introducción

Hoy en día, con el desarrollo de los juicios orales, resalta la importancia de fortalecer la habilidad de saber hablar ante el público, habilidad que no en todas las universidades se fortalece y más aún en la práctica profesional en donde es indispensable dominar la elocuencia, tema que abordaré, así como también las pautas de la argumentación.

La oratoria

En este artículo me quiero referir a una figura importante como la oratoria, y ¿qué es la oratoria?; ésta se define como el arte de hablar con elocuencia; mientras esta última es la capacidad de expresarse en público de forma fluida, elegante y persuasiva. Es una manera de expresar emociones de tal forma que produce convicción o persuasión en el oyente, mediante la lengua hablada o escrita, de una forma llamativa y apropiada.

Los buenos oradores deberían ser capaces de cambiar las emociones de sus oyentes y no sólo informarlos. La oratoria puede ser una poderosa herramienta utilizada para propósitos como la motivación, influencia, persuasión, información, traducción o simple entretenimiento.

Esta herramienta que ha existido desde el devenir histórico, es hoy una disciplina que es indispensable conocerla, aprenderla y dominarla, con esto me refiero a que los estudiantes de derecho y los abogados tienen el deber moral y profesional de hacerla parte de su formación, por ser un elemento e instrumento de trabajo para el buen desempeño de su profesión.

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No olvidemos que en el derecho positivo contamos con los juicios orales, mismos que requieren del dominio de la palabra.

El estudiante de derecho que desde su formación no considera fomentar en él esta virtud, carecerá de elementos contundentes para saber manejar y dominar consecuentemente las etapas de los juicios acusatorios en materia penal, así como tampoco tendrá un buen desenvolvimiento en materia mercantil, en donde todo el procedimiento es eminentemente oral.

Técnicas para hablar con claridad y seguridad

Ante este escenario, ¿qué es lo que debe hacerse en primer lugar? Lo primero es hablar claro, sin arrastrar las palabras, que se entienda lo que se está diciendo; para lograr esto, es importante aplicar una técnica en donde debe colocarse un lápiz en la boca y apretarlo con los dientes; una vez hecha esta operación se debe leer en voz alta cualquier texto, muchas veces, las que sean necesarias.

Al principio no se va a entender nada, el propósito es que la lectura se escuche perfectamente bien; a pesar de tener el lápiz en la boca, debe ser muy clara, como si no se tuviera nada en la boca.

Una vez que se domina este procedimiento, lo siguiente es la seguridad; en este punto, primero se tiene que grabar la voz, con objeto de conocer uno mismo su propia voz; seguramente, muchos no la conocen, y al escucharla, causa una gran admiración porque nos puede parecer muy infantil, o sonora o de cualquier otra forma; la cuestión es que la sorpresa es porque no la conocíamos; al oírnos podemos percatarnos qué nos gusta y qué no de ella; de esta forma tendremos que encontrar los tonos graves y agudos; en este momento tendremos que leer y dar entonación a lo que leemos. En algunas partes de la lectura, según el texto se tendrá que hacer con un tono suave y en otra parte con un tono fuerte, es decir, darle emotividad a la lectura; cuando pretendamos resaltar algo de ésta, hablaremos en tono fuerte y claro; cuando no sea así hablaremos en un tono más bajo y despacio. No olvidemos que la voz es una gran herramienta, con la voz se enamora al auditorio; no exagero, basta recordar aquellos locutores de radio con una voz tan poderosa, capaz de transmitir todo tipo de emociones. Otra perspectiva es el modo en que lo dices (enojado, contento, con mucha euforia, etcétera).

Lo siguiente es ensayar frente a un espejo; esto también ayuda para tener seguridad en nosotros mismos; para aprender a conocernos cómo somos físicamente en el entorno cuando estamos hablando, podemos hacer muecas, gestos, mover mucho las manos, o al contrario, permanecer simplemente parados como paralizados; es un ejercicio que se tiene que repetir muchas veces, tantas como sean necesarias; el objetivo es que al vernos frente al espejo, nos guste lo que vemos, una persona tranquila, segura, confiada, que domina su discurso, y el entorno que lo rodea.

Por último, se debe ensayar un discurso imaginándonos un auditorio lleno de personas; para esto puede ayudar colocar dos o tres hileras de sillas con muñecas o muñecos, o invitar a sentarse a algunos familiares o personas de confianza; el propósito es mirarlos a los ojos, persuadirlos, convencerlos de lo que estamos diciendo, atrapar su atención, arrancarles un gesto de aprobación de lo que se está diciendo. No debemos olvidar que en esencia se trata de bajar al nivel de quien nos escucha, y penetrar sus sentidos, lograr su atención; si el público al que nos dirigimos tiene un nivel académico básico, no usemos palabras rebuscadas o difíciles de entenderlas en un contexto determinado; se tiene que ser muy sencillo al hablar, el discurso debe ser claro, preciso, y conciso; de lo contrario, no lograremos nuestro objetivo, que es cautivarlos, convencerlos, atraparlos; por otra parte, si el público al que nos estamos dirigiendo tiene un nivel académico más elevado, es decir, son en su mayoría profesionistas, entonces podremos utilizar un discurso más elaborado, más técnico en función del tema a discernir, logrando así atraparlos en el discurso.

Imagen, la fuerza de los colores en el vestuario

Otro aspecto que no debemos perder de vista y que sin duda no es menos importante, es la imagen: ésta es contundente, no olvidemos aquella frase que dice "la prime-ra impresión jamás se olvida", y tiene mucho de cierto, en la profesión de abogado importa mucho una imagen pulcra, ordenada, poderosa por el impacto que provoca; el traje sastre y corbata en los hombres impone seguridad, poder; cabe destacar que los colores desempeñan un papel importante, esto lo saben bien los asesores de imagen; de esta forma observemos a los políticos cuando se trata de un evento importante, como toma de protesta en algún cargo público, el atuendo clásico es un traje sastre negro, camisa blanca y corbata roja; los colores en nuestra ropa dicen y proyectan muchas cosas; atención a lo siguiente:

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Los colores son poderosos medios de comunicación

(1), nos trasmiten una gran variedad de sensaciones, despertando sentimientos o induciendo estados de ánimo. Están asociados con ideas y pensamientos colectivos y cada cultura los reconoce de una forma particular. Empleados en el vestuario los colores pueden revelar determinados aspectos de la personalidad, reforzar ciertas actitudes y/o señalar momentos especiales por los cuales atraviesa la persona que los usa. Dependiendo del matiz, tono, luminosidad y pureza del color, y de donde se lleva puesto, es el mensaje oculto que una determinada prenda de vestir envía al cuerpo (que lo recibe por contacto en forma directa) y a las demás personas con las cuales se interactúa. La zona superior del cuerpo, de la cintura hacia arriba (blusas, camisas, poleras, chalecos, bufandas), se relaciona principalmente con el mundo emocional, deseos y necesidades. La zona inferior, de la cintura para abajo (pantalones y faldas), transmite información acerca de las necesidades materiales y la energía física que maneja la persona, su fuerza al momento de defender una posición.

Para tener una idea más clara de lo que representan los colores en la forma de vestir, quisiera mencionar que los uniformes juegan un papel importante en la conducta de...

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