Una economía antropológica

AutorJosé Andrés Mares Urrutia
CargoLicenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México.

Licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México.

Consultor en Desarrollo Organizacional en compañías del ramo de la educación, telecomunicaciones, ingeniería ecológica, transformación y arrendamiento.

Director y cofundador de Gaudium S.C., organismo destinado a la promoción del desarrollo humano mediante la elaboración e impartición de asesorías y programas diseñados para dicho fin.

Autor de siete programas y un diplomado así como del libro "Manos a la Obra, el Poder del Cambio" y una serie de artículos publicados en diversas revistas y periódicos. Cuenta con una Certificación Internacional de "Master Practitioner" en Programación Neurolingùística; egresado de los programas de Filosofía Antropológica, Inteligencia Emocional y Dirección de Centros Educativos por parte del CIES, INTEGRALIS y el IPCE respectivamente.

La Antropología y la Economía tienen mucho que aportarse entre sí. La primera se centra en el estudio de la naturaleza humana y, la segunda, en su problemática con respecto al tema de la escasez. Lo más característico de la persona es su libertad, y uno de sus principales desafíos es el de optimizar sus recursos - y posibilidades - frente a la amplitud de sus necesidades; y para hacerlo tiene que elegir. Y la Economía investiga los criterios y modos para que dicha elección genere los resultados que se pretenden con un mínimo de costos. Ahora bien, dichos criterios y modos han de respetar una naturaleza humana que es mucho más compleja que la que tradicionalmente se describe bajo el concepto de "homo oeconomicus" que describe a un ser humano centrado en la producción y el consumo bajo el criterio de "racionalidad".

Ya han transcurrido suficientes años como para contemplar los resultados de las propuestas de la ciencia económica de manera global y específica; y dichos resultados no son muy alentadores que digamos. Pobreza, desempleo, contaminación y ciclos económicos volátiles se nos presentan como jinetes apocalípticos que cuestionan la eficacia de los postulados económicos, o al menos la posibilidad de llevarlos a la práctica, y amenazan el progreso de las naciones y la armonía en su convivencia.

Cabría, pues, preguntarse: ¿Qué está mal? ¿Los postulados de la ciencia económica? ¿Los modelos matemáticos que los desglosan? ¿La disposición gubernamental a someterse a ellos? ¿Sus pronósticos? ¿La vialidad de sus propuestas? Tal vez una combinación de todas ellas... o ninguna de ellas. Lo que aquí planteamos es...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR