Antecedentes de los conceptos de distanciamiento y auto-comprensión en Kierkegaard para comprender a Paul Ricouer
| Autor | Alejandro Cavallazzi Sánchez |
| Cargo | Licenciado en Filosofía por la Universidad Panamericana (México D.F.). |
Licenciado en Filosofía por la Universidad Panamericana (México D.F.).
Realizó estudios en la Kierkegaard Felowship Summer Program (St. Olaf Collage, Northfield, Minesota, E.E.U.U.).
Participó en el Homenaje a Soren Kierkegaard a 150 años de su fallecimiento en el que expuso el artículo: "El amor preferencial y el amor cristiano en Sören Kierkegard" y Miembro de la mesa panel.
Es colaborador de las revistas Crisol, Utopía y el Inquilino.
Ha publicado: La eternidad del mundo en el pensamiento medieval: Tomás de Aquino, Siger de Brabante, Boecio de Dacia y Juan Peckham, en los cuadernos de Anuario Filosófico, Serie Universitaria, EUNSA en coautoria con Hector Velásquez Fernandez,
"El conflicto de una sociedad divida", Editorial Tierra Firme, México D.F., 2006
El presente ensayo tiene dos objetivos. El primero es resaltar la obra de Sören Kierkegaard como precursor de los conceptos de distanciamiento y auto-comprensión, que luego serán conceptos básicos utilizados por Paul Ricoeur. El segundo es establecer un breve diálogo con razón de los anteriores conceptos entre dos disciplinas: la hermenéutica y la antropología filosófica.
Las aplicaciones del método hermenéutico en otras disciplinas sociales como la antropología se pueden intuir incluso con una interpretación tan breve como esta. Tal es el alcance de su obra que no solamente tiene un valor intelectual, sino también puede ser útil en otras disciplinas más prácticas.
Ricoeur reflexiona acerca de su trabajo y aplicado sobre su vida diciendo que: la última comprensión es la propia.
Es significativo el esfuerzo que el mismo Ricoeur1 hace a la crítica de Descartes. Acerca de su teoría del cogito, donde un sujeto instanciado por la misma duda metódica se pregunta primero acerca de su propia existencia y luego sobre cada experiencia del mundo buscando un cierto grado de certeza.
Sin embargo este cogito en palabras de Ricoeur resulta tan verdadero como inútil, pues lo único que se expresan son tautologías. La verdadera duda metódica no es la de un supuesto "yo" objetivado y ajeno del mundo sino precisamente de un sujeto in situ.
Pero ¿qué utilidad puede traernos la crítica de Ricoeur a la antropología moderna en vistas de una mejor comprensión para la sociedad y del individuo?
En el primer libro de la Ética Nicomaquea Aristóteles señala a la ética como a la primera de las ciencias2, consistiendo en el obrar personal del hombre. La política sería la consecuencia lógica de la ética pero ya no en el ámbito privado sino público.
Se ha dicho que el esfuerzo hermenéutico no sólo apunta al objeto ajeno, al texto o a una sociedad distinta sino también al sujeto lector o interprete, es necesario el estudio de ambos para ubicarnos finalmente en el terreno de su relación.
Pues bien, toda hermenéutica se da en las bases de un observador que a su vez también es una relación de términos como el mismo Ricoeur señala. Por un lado esta el sujeto que observa y hace análisis de las situaciones y de si mismo en el mundo y por otro lado esta el sujeto irreflexivo que simplemente opera. Dicha intuición ya se comenzaba a esbozar en algunos pensadores modernos por ejemplo Fichte señala que el filosofar es una suspensión de vivir y viceversa. Esto debido a la comprensión idealista y romántica del hombre como escisión de si mismo que parte por supuesto desde la extraña comprensión dualista de Descartes que hace incomunicable al cuerpo con la mente y cuyo problema prevalece hasta el Siglo XX, pasando por Kant (problema libertad-naturaleza) y por los ya mencionados idealistas y románticos.
¿Cómo será posible la comprensión de un sujeto ajeno a mi si ni siquiera puedo comprenderme a mi mismo? Más aún si vemos como Aristóteles a la política como una ética pública, nos aparecería imposible estudiar a la sociedad si no podemos estudiar al hombre concreto. Cualquier esfuerzo de comprensión inter-social esta destinado al fracaso si no hay una comprensión personal.
Por varias razones, primero la ya aducida: sin la comprensión propia el circulo hermenéutico no se completa pues el lector es parte de este. Segundo en lo relativo a un diálogo interpersonal, aún si pudiéramos tener la audacia de decir que ya nos comprendemos a nosotros mismos, al momento de comprender al otro debemos recordar que él también es un sujeto y si no conocemos los mecanismos de interpretación o el funcionamiento de una persona nunca podremos entender a ese o a ninguno. Tercero: ¿cómo será posible comprender a los demás si el sujeto no se puede comprender así mismo? En otras palabras ¿cómo comprender a la sociedad si no se comprende al individuo?
Pero ¿es entonces el hombre una relación? Desde la antigua Grecia se ha insistido en el carácter complejo de la interioridad humana. Platón mismo señala que el hombre tiene una parte divina y una humana. Aristóteles va más lejos al definir al hombre como animal racional. La introducción del cristianismo hace más patente aún el carácter múltiple del hombre con los conceptos de cuerpo y alma. Hemos mencionado también brevemente la opinión de algunos modernos y por último pensadores más contemporáneos como Bubber3 interpretando a Heidegger formula al hombre como un ser consciente, que está-en-el-mundo pero que a su vez reflexiona acerca de este.
Sin duda si hay algo claro en el hombre es que su interioridad esta formada por distintos, módulos o esferas. Esta idea ha rebasado incluso a la filosofía y se ha fincado profundamente en otras tradiciones humanistas por ejemplo el padre del psicoanálisis Sigmund Freíd explicaba el comportamiento humano basado en tres relaciones Psicológicas: id, ego y super-id.
Esta complejidad de la estructura antropológica, señala como puede darse el fenómeno de la auto-comprensión así como el del distanciamiento. Si la realidad humana interna fuera simple, formada por una sola parte no podríamos distanciarnos de nuestro propio pensamiento o de nuestras propias acciones.
De tal modo la labor hermenéutica, no sólo consiste entre la relación de un lector y un texto o una sociedad y otra. Sino que es la relación entre relaciones de un lector con las relaciones de un autor. Es decir la hermenéutica se nos convierte una maraña infranqueable de relaciones.
Al igual que Ricouer y a pesar también del pensamiento moderno el filósofo danes Sören Kierkegaard cree que la comprensión es posible.
Kierkegaard distingue tres esferas existenciales en el hombre: estético, ético y religioso. Cada una comprende a una parte de la constitución antropológica: la estética corresponde a las necesidades fisiológicas o dichas de otro modo más clásico: al cuerpo. La esfera ética en cambio corresponde al ingenio intelectual o su capacidad reflexiva o a la mente. Por último la esfera religiosa corresponde a la realización humana que no es posible sino a través de la relación de las dos últimas anteriores, esto responde a lo que Kierkegaard llama espíritu pero como puede verse dista mucho de tener la misma significación que la acepción clásica. Quizá Kierkegaard sea mejor conocido por muchos por su crítica a Hegel, sin embargo, él mismo incorpora muchos elementos de su filosofía en la propia; así pues el esquema psicológico propuesto por Kierkegaard se corresponde de muy buen modo a la dialéctica Hegeliana y a su proceso de relaciones incluyentes expresado en su forma nativa como: Aufhebung.
Sin embargo en cuanto antropología se refiere hay una clara diferencia, en Hegel la escisión de la interioridad humana es infranqueable, estamos destinados a vivir separados de nosotros mismos por decirlo de algún modo. En cambio en Kierkegaard la unidad es posible a través del espíritu que no es otra cosa sino "la relación que se relaciona consigo misma". La primera "relación" es la dicotomía cuerpo-mente, pero que no basta sino que a su vez debe corresponderse consigo misma en un...
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