Dignidad del ser humano, presupuesto bioético
| Autor | Juan María Parent Jacquemin |
| Páginas | 7-25 |
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Antes de emprender una investigación
en bioética es necesario acercarnos al
ser humano sobre el que se aplican las
prácticas científicas o técnicas de la
biotecnología. Estas prácticas médicas
o biológicas tocan al ser humano y par-
ticularmente a la mujer y pueden
afectar su dignidad2. Los derechos de
la mujer (derechos humanos) pueden
ser conculcados o violados de diversas
maneras: la objetivación del paciente,
la lógica técnica y su seudoneutralidad,
la relativización de los valores son algu-
nos de los aspectos de este problema3.
La primera causa de nuestro interés y
de nuestro temor es que una de las
racionalidades que rigen la biotecnología
considera al ser humano desde el pun-
to de vista de la biología. En ella la vida
es el valor supremo y sus "maestros"
llegan a negar la noción de persona o
de humanidad. No juzgamos negativa-
mente de manera absoluta esta
característica, la reducción de los tér-
minos de la investigación, porque es
propia de toda especialización. Indica-
mos solamente que es imprescindible
ser cautos ante este reduccionismo in-
DIGNIDAD DEL SER HUMANO, PRESUPUESTO BIOÉTICO
JUAN MARÍA PARENT JACQUEMIN
1 Vaclav Havel. "Cómo recompensar a Occidente", en
Letras Libres,
noviembre de 1999, año
1, Nº 11, p. 29b.
2 Fecundación asistida, manipulación genética intrauterina, maternidad contratada, elección del
sexo del feto, eugenismo afectan directamente a la mujer. Otras prácticas como la clonación, la
partenogénesis, la ectogénesis, la hibridación con otras especies, la utilización de fetos afectan al
ser humano en general (y a la humanidad), pero, como se ve, las primeras prácticas son más
comunes que las segundas, aún reservadas al laboratorio.
3 Longneaux, Jean-Michel. "La dignité humaine face aux progrès de la science", conferencia
dictada en Tournai (Bélgica), el 9 de marzo de 1999.
El comportamiento ético recompensa no sólo
al individuo, que puede sufrir pero es inter-
namente libre y por lo tanto afortunado, sino
primordialmente a la sociedad, donde dece-
nas y cientos de vidas vividas así pueden
crear conjuntamente lo que puede llamarse
un ambiente moral positivo, una pauta, tradi-
ción o herencia moral continuamente
revitalizada, que eventualmente se convierta
en una fuerza para el bien general 1
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A FONDO
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herente a la especialización. La otra
racionalidad que rige o debería regir la
bioética, parte de los derechos huma-
nos. El hombre no es caracterizado
principalmente por la vida4. Ciertamen-
te la vida está implicada cuando se trata
del ser humano, pero a la vez debe
considerarse la dignidad que, para ini-
ciar sin prejuicios, aceptamos antes de
demostrar sus dimensiones. Y si la acep-
tamos, deberá respetarse tal dignidad.
Dignidad que es propia de cada indivi-
duo afectado por los procesos técnicos
de la medicina y de la biología, pero es
también dignidad de la comunidad hu-
mana. "Por todas partes donde se trata
del hombre en virtud de mi humani-
dad y de esta obligación (...) de ser
responsable de la humanidad en mí"5.
Si la biotecnología se apoderara de to-
dos los procesos de abordaje del
individuo, sin respetarlo, afectaría en
este mismo movimiento la humanidad
entera encarnada en este individuo.
Hoy, y precisamente cuando lo necesi-
tamos ante los avances sin control de la
biotecnología6, es cuando nos encon-
tramos en un callejón sin salida porque
seguimos creyendo en la dignidad hu-
mana sin saber en qué fundamentarla.
Se declara, se afirma que "los seres
humanos son invariablemente iguales
en derecho y en dignidad"7. Como dice
el Dr. Pérez Lindo de Argentina, final-
mente la última justificación o fundamen-
to de los derechos humanos y, en
nuestro caso de la dignidad humana,
está en el consenso. Como si la pre-
sencia de la frase que nos ocupa en los
tratados internacionales o en las leyes
fuera suficiente para asegurarnos de la
veracidad o del ser de la dignidad en el
ser humano. Por ejemplo, en el preám-
bulo a la Declaración Universal de los
Derechos Humanos se afirma:
Considerando que el reconocimiento de
la dignidad inherente a todos los miem-
bros de la familia humana y de sus derechos
iguales e inenajenables constituye el fun-
damento de la libertad, de la justicia y de
la paz en el mundo...
y siguen los artículos de la Declaración.
Podemos citar el Código de las enfer-
meras estadounidenses:
El principio fundamental de la práctica de
la enfermería es el respeto a la dignidad
inherente y al valor de cada paciente. Las
enfermeras son moralmente obligadas a
respetar la existencia humana y la indivi-
dualidad de todas las personas que son las
receptoras de las acciones de enferme-
rías... El ejercicio de la autodeterminación
es básico para el respeto a las personas...
Los pacientes deben ser tan comprometi-
dos como sea posible en la planeación y
la aplicación de sus propios cuidados de
salud8.
4 "El biologismo moral intenta definir la esencia del valor moral según criterios biológicos. Será
considerado como moral un comportamiento que se sitúa en la prolongación de la corriente de
vida y toma así el relevo del impulso vital (...) resultado de la transposición al conjunto de la vida
moral y social de los principios del biologismo moral nacido en el transformismo de Charles
Darwin" (Léonard, André.
Le fondement de la morale,
París. Le Cerf, 1991, p. 135).
5 Valadier, Paul.
Agir en politique,
Paris, Le Cerf, 1980, p. 117.
6 La tecnología avanza mucho más aprisa que la reflexión ética por lo que, muchas veces, los
técnicos están tomando decisiones sin fundamento y basados solamente en el éxito de prácticas
anteriores (lo que puede decirse de toda técnica) con o sin ética o por un beneficio aparente.
7 Declaración de los derechos y deberes del ser humano (26.VIII.89), preámbulo, en
www.mediaport.net/HumainsAssociés/
8 American Nurse's Association.
Code for Nurses with interpretative Statements,
Kansas City,
ANA, 1985, p. 2-3.
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