Dictamen fiscal retorno a sus fundamentos
| Autor | 1.Juan C. Salles - 2.Germán Antonio Palito Hernández |
| Cargo | 1.Socio de Salles Sainz Grant-Thornton, S.C. 2.Gerente de Impuestos de Salles Sainz Grant-Thornton, S.C. |
| Páginas | 61-63 |
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En abril de 1959 se publicó el decreto que dio nacimiento a la Dirección de Auditoría Fiscal Federal (DAFF) y al propio dictamen de Contadores Públicos para efectos fiscales, expedido por el entonces Presidente de la República Adolfo López Mateos y por el Lie. Antonio Ortiz Mena, reconocido como el Secretario de Hacienda que promovió el desarrollo estabilizador de la economía en nuestro país por un periodo de más de diez años.
Este decreto contempló beneficios para los tres sectores involucrados en la emisión de los dictámenes fiscales:
- La SHCP, que mediante los dictámenes suscritos por Contadores Públicos, obtuvo la tranquilidad de que los impuestos pagados por los contribuyentes dictaminados habían sido correctos, evitando así una parte importante de su labor de fiscalización a los causantes, para poder enfocarse en quienes defraudaban al fisco en detrimento de la sociedad.
- Los contribuyentes que al elegir un Contador Público para dictaminar sus estados financieros, obtenían una seguridad razonable de que sus compromisos fiscales habían sido cubiertos oportunamente y conforme a las disposiciones fiscales en vigor, situación que los favorecía mucho, pues se evitarían las largas y tediosas revisiones fiscales por parte de las autoridades. Este beneficio adicional lo recibían después de que sus auditores habían practicado una auditoría de estados financieros que, sin duda, empezaron a valorar para usos internos y externos cuando se trataba de empresas con accionistas diversos, o cuando recibían préstamos bancarios que los obligaban a mostrar las cifras de sus estados financieros dictaminados por un Contador Público.
- Los Contadores Públicos, pues se abrió un gran nicho de mercado que generó un incremento en la demanda de estos servicios, la profesión en general tuvo un crecimiento muy importante en el número de socios que se afiliaron a los colegios y después se registraron en la DAFF. Los beneficios para la profesión fueron muy importantes, aunque fue necesario sortear las dificultades que en su momento se presentaron por la falta de experiencia y capacidad técnica de algunos colegas en auditoría de estados financieros, las cuales fueron corrigiéndose rápidamente en el curso del tiempo.
Las tres partes involucradas jugaron roles que en muchos casos mejoraron la relación entre ellas, pero también se presentaron casos que las enfrentaron, y así, la autoridad fiscal incrementó no sólo sus demandas de información en los anexos de los dictámenes fiscales, sino también sus exigencias para la comprobación del trabajo realizado por los auditores externos, a tal grado que llegaron a inhibir la dictaminación para efectos fiscales, que después se volvió obligatoria y no hubo forma de eliminarla.
Este artículo pretende reencontrar el equilibrio entre los sectores involucrados, de tal manera que la actividad resulte eficiente en la recaudación de impuestos (beneficio para la SHCP), conveniente para las firmas de Contadores Públicos (que se concrete a la emisión de una opinión sobre el cumplimiento de las obligaciones fiscales del contribuyente) y se logre una total aceptación por parte de los empresarios (que satisfaga las necesidades de supervisión y vigilancia sobre el cumplimiento de sus obligaciones fiscales).
El Decreto de simplificación (promulgado el 30 de junio de 2010 en el Diario Oficial de la Federación), en principio, abre la oportunidad de lograr ese equilibrio, pues elimina el dictamen para efectos fiscales si se cumplen los requisitos que deberá publicar la SHCP.
Tuve la fortuna de conocer la DAFF desde su constitución por que fui invitado a trabajar en ella en abril de 1959 por el C.P. Arturo Elizundia Charles, en ese entonces Subdirector de Auditoría Fiscal Federal...
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