Delitos de cuello blanco

AutorPablo Martín del Campo Cárdenas
CargoGerente Senior Servicios Forenses-Servicios de Asesoría Financiera PricewaterhouseCoopers, S.C.
Páginas16-17

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Por lo anterior, existen distintas definiciones de este concepto; la mayoría de ellas coinciden en que se refiere a delitos no violentos cometidos por sujetos de elevada condición social, que utilizan como herramientas sus conocimientos profesionales, su poder ocupacional en las organizaciones o sus contactos en el mundo de los negocios, la política, etc. Algunas definiciones destacan que el supuesto delincuente se encuentra ubicado en las clases socioeconómicas media alta y alta.

La historia registra que el término delito de cuello blanco fue ideado en 1939 por Edwin Sutherland, quien, contra lo que se pensaba en aquella época, puso de manifiesto la existencia de una especial clase de delincuentes, que pasaba desapercibida, rompiendo paradigmas que consideraban al delito como exclusivo de la clase socioeconómica baja. Asimismo, pudo comprobar que los perjuicios de estos delitos eran infinitamente superiores a los causados por los delitos tradicionales contra el patrimonio. Esta teoría de Sutherland ha sido corroborada y enriquecida a lo largo de estos setenta años; sin embargo, los principios de su hipótesis siguen teniendo vigencia.

En la época actual, debido a su trascendencia, destacan los escandalosos fraudes corporativos perpetrados a principios de la presente década, los cuales estremecieron hasta sus cimientos al mundo financiero; es decir, los casos de Enron, WorldCom y Tyco entre otros, que implicaron cifras contables maquilladas, son de todos conocidos.

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De acuerdo con el Suplemento México de la Quinta Encuesta Global sobre Delitos Económicos publicada en noviembre de 2009, el fraude contable es el tipo de delito económico que ha mostrado mayor crecimiento a nivel mundial, triplicándose el número de casos en los últimos seis años, mientras que en nuestro país tan sólo en los últimos dos años, creció 187%. Más allá del multimillonario costo tangible que genera este tipo de fraudes, también es de resaltar el impacto que generan los daños colaterales a las empresas defraudadas, como la reputación e imagen de la marca, la desmotivación del personal, el descrédito y menoscabo de las relaciones de negocio, entre otras situaciones.

Incidencia del perpetrador de cuello blanco

De los tres tipos de fraude mencionados con anterioridad, se ha observado que la participación del delincuente de cuello blanco, tiene una mayor incidencia en los llamados fraudes corporativos o...

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