Delincuentes y fronteras: la delincuencia organizada transnacional

AutorVíctor Emilio Corzo
Páginas24-26

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El fortalecimiento y desarrollo del Estado es el primer paso en la erradicación de
la delincuencia organizada transnacional, según la Oficina para la Droga y el Delito de las Naciones Unidas. Lo anterior porque las organizaciones criminales siempre buscan permear cualquier institución gubernamental, corromper a sus funcionarios, infiltrar negocios
o vulnerar los sistemas financieros
a través del lavado de dinero, con el fin de autoprotegerse y buscar un amparo bajo el cual llevar a cabo sus actividades ilícitas.

La transnacionalización de los delitos ha permitido que los grupos delictivos diversifiquen sus actividades, trasciendan los territorios de los Estados y, como cualquier otra empresa exitosa, alcancen proporciones macroeconómicas. Estos grupos delictivos transnacionales toman ventaja de las fronteras, los traumas nacionales con el concepto de soberanía, los principios de Derecho internacional sobre no intervención e inmunidad, la incompatibilidad de los sistemas jurídicos nacionales, la rigidez y la lentitud de los mecanismos tradicionales de cooperación inter-nacional, la desconfianza que impera hacia autoridades extranjeras y el prejuicio de que los derechos humanos de la persona serán vulnerados si cae en manos de las autoridades extranjeras.

No es necesario escudriñar mucho para ejemplificar la forma
en que operan estos conceptos con respecto a la delincuencia organizada. Basta ver la lista de asuntos recientes ante la Corte Internacional de Justicia y dirigirnos al caso “Procedimientos criminales e inmunidades”, en el que Francia fue deman-dada por Guinea Ecuatorial por considerar que aquélla violó las inmunidades que el segundo vicepresidente de este último país, Teodoro Nguema Obiang Mangue, ostenta
en razón de su cargo. Cabe destacar que el segundo vicepresidente de Guinea Ecuatorial es investigado por las autoridades francesas por el delito de peculado y supuestamente por invertir el dinero producto de ese delito en Francia, en específico, a través de la adquisición del edificio que en la actualidad alberga la embajada de Guinea Ecuatorial en territorio francés.

Los argumentos que adelanta Guinea Ecuatorial, para defender lo indefendible, son aquellos basados en el respeto al principio de igualdad soberana, no intervención en los asuntos internos del Estado, inmunidad soberana e inviolabilidad del recinto diplomático. Tristemente, aun cuando resultase más que claro...

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