El conflicto de una sociedad dividida

AutorAlejandro Cavallazzi Sánchez

México es reconocido como una de las naciones con mayor riqueza cultural en el mundo y esto se debe precisamente a que en nuestro suelo se han encontrado un número impresionante y a veces difícil de creer de pensamientos y tradiciones.

Comencemos por el México antiguo. Sin duda alguna en el período precolonial en este lugar, se encontraba la mayor diversidad cultural del continente. A la llegada de los españoles, el imperio azteca era el eje cultural de toda la región, que incluso tenía comunicación con el imperio inca hasta el Perú. Pero los mexicas eran apenas la última manifestación de centenares de pueblos y docenas de culturas que habían transitado por la tierra de los volcanes. Mil años antes que ellos, los olmecas fueron los primeros en peregrinar, seguidos de los toltecas contemporáneos a los mayas, y apenas anteriores a los mixtecos y zapotecos del valle de Oaxaca. Cada uno de estos pueblos tuvieron diversas aportaciones culturales. Los olmecas fueron conocidos como la primera manifestación religioso-cosmológica que sería repetida una y otra vez como modelo en los pueblos subsiguientes. Los mayas conocidos por sus notables y reconocidos descubrimientos científicos en las matemáticas y la astronomía, los toltecas con su impresionante plástica en arquitectura y pintura y los mixteco-zapotecas en su profundo conocimiento acerca del cuerpo humano. Como mencionábamos los aztecas fueron la manifestación y el receptáculo de todos estos logros, reflejados en una administración aunque centralista y basada en la guerra, eso sí muy eficiente.

La llegada de los españoles constituiría la revolución cultural más grande del milenio. El recién unificado reino de Castilla y Aragón venía saliendo de las epopeyas medievales. Encantados por luchas espirituales contra moros e infieles, inspirados por las historias de caballeros, de lugares míticos y de monstruos nefastos, la España de aquel tiempo constituía una relación tan complicada de reinos y potestades como era el propio México-Tenochtitlán. Los españoles se vieron enriquecidos en su lengua, pensamiento y costumbres por fenómenos particularísimos que no afectaron al resto de Europa. Además de los antiguos despojos del imperio romano que caracterizan a todos los países de Europa Occidental, y de la influencia de pueblos bárbaros como los visigodos, los españoles también fueron enriquecidos por la ocupación de ocho siglos de la potencia cultural más representativa de su tiempo: los árabes. Éstos influyeron en el pensamiento, lenguaje y costumbre de los al andaluces, y eventualmente en el de todos los españoles.

Nos encontramos entonces ante el choque de dos civilizaciones (la mexica y la española), que en su núcleo cada una de ellas, eran a su vez también otro choque de civilizaciones.

Pero el choque de mundos no cesó en el momento de la llamada conquista. Continuó por la privilegiada posición geográfica de nuestro país. Durante los siglos XVI y XVII, el virreinato de la Nueva España se convirtió en el eje del mundo. De este a oeste, la ruta que navegaba a las indias, de donde por cierto se hicieron nuevas aportaciones culturales que podemos observar en ciertos objetos: la talavera, la china poblana y el uso de especies...

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