Bienvenidos los Panama Papers

AutorÁngel M. Junquera Sepúlveda
CargoDirector
Páginas3-3

Page 3

Los Papeles de Panamá constituyeron una filtración, una filtración descarada y no periodismo de investigación, como han tratado de explicar algunos.

Como era de esperarse, las especulaciones sobre los responsables no se han hecho esperar: ¿fueron los rusos, que querían exhibir a espías estadounidenses? ¿Fueron los norteamericanos, que pretendían denunciar las inversiones de los chinos en el canal de Nicaragua? La verdad es que, a estas alturas, ya da igual.

Los jefes de Estado, sin embargo, están muy inquietos. Vladimir Putin se ha rasgado las vestiduras al ver en la lista a algunos de sus empresarios consentidos y Barack Obama ha llamado a la cordura. El presidente de Panamá, por su parte, ha declarado que su país no es, de ningún modo, un paraíso fiscal, y ha ordenado que se intervenga todo lo que tenga que ver con el despacho de abogados Mossack-Fonseca, opera-dor de esta offshore.

En el ínterin, el primer ministro de Islandia se vio obligado a renunciar a su cargo, lo mismo que el minis-tro de Finanzas de España; los jefes de gobierno del Reino Unido y de Argentina enfrentan serios cuestionamientos y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos convocó de emergencia a los responsables de las administraciones tributarias de sus países miembros, en busca de “acciones conjuntas de cooperación”.

“Lo que es inaceptable —señaló el Fondo Monetario Internacional (FMI)— es que se piense que los más ricos no pagan contribuciones.” Pero lo que se piensa es aún más grave: que el lavado de dinero está a la orden del día, patrocinado por bancos que presumen altos estándares de ética, por gobiernos nacionales y hasta por el propio FMI. Para deslindarse, Yim Yong Kim, presidente del Banco Mundial, ha tronado contra los paraísos fiscales, acusándolos de minar la lucha contra la pobreza. ¿Hasta dónde están involucradas estas instituciones con el narcotráfico, los secuestros, la venta de armas y el tráfico de personas? Todavía es pronto para saberlo.

Lo que no resulta precipitado es concluir que, así como fue repulsivo que el anterior rey de España, “protector de la fauna”, se dedicara a acribillar elefantes por el gusto de acribillarlos —una hipocresía que lo convirtió en un tipo despreciable para muchos españoles—, así ha resultado patético descubrir que el presidente de Chile Transparente era un sujeto que gustaba de la penumbra, al igual que otros muchos sujetos públicos que recetaban transparencia y austeridad, cuando...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR