La IV Asamblea Legislativa del DF: la mejor en la historia

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La labor que en poco tiempo ha desarrollado la iv Legislatura de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (la v, al decir de algunos) es digna de encomio. La expedición de una serie de reformas que van desde la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo antes de las doce semanas o la creación de novedosas leyes en materia de justicia alternativa, bastaría para que el más riguroso de los críticos pudiera admitir que la ciudad de México nunca había tenido un cuerpo legislativo más responsable y prolífico en su historia.

Es cierto que hay disposiciones controvertidas. Por ejemplo, aquellas que regulan que cualquier persona tenga derecho a no someterse a tratamientos médicos que pretendan prolongar su vida (voluntad anticipada), las relativas al acceso de las mujeres a una vida libre de violencia o las que protegen la salud de los no fumadores para que no se fume en lugares cerrados. Pero el mundo del derecho es dinámico y controvertido por definición.

A diferencia de otros poderes legislativos, que sólo trabajan para satisfacer intereses de los propios partidos políticos o para seguir apuntalando a los grupos de poder locales, la Asamblea capitalina se ha convertido en una caja de resonancia sobre temas que, hasta hace unos meses, se consideraban tabúes. Algunas veces olvidamos que en una sociedad que presume madurez democrática y estabilidad económica, el único credo permitido es, precisamente, el de que no haya dogmas en la esfera legislativa. Y una interesante prueba de fuego de esto último serán, a no dudarlo, las futuras discusiones sociales y los debates parlamentarios acerca de la regulación del comercio sexual y hasta el cambio de sexo.

Con su quehacer, la legislatura capitalina no sólo ha ganado en legitimidad después del proceso electoral de 2006, sino que ha ido estableciendo la pauta frente a otros cuerpos similares –incluido el federal– al imprimir un sello humanista a las diversas reformas que ha emitido. La función de “hacer leyes” no puede limitarse a los...

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