El arte de medir el tiempo

AutorMartha Jauffred
Páginas62-64

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No es novedad el hecho de que los caballeros se fascinan por esas elaboradas maquinarias que hacen maravillas con el pretexto de medir el tiempo. Tampoco es necesario remarcar que estos sorprendentes guardatiempos han adquirido un nuevo signiicado en el contexto de la posmodernidad, en la que todo objeto es un relejo del sujeto que lo posee.

Lo anterior implica que las piezas de alta relojería, entre las casi inini-tas funciones que realizan, también se han vuelto literalmente un símbolo de clase, es decir, una muestra del lugar que ocupa, en la jerarquía social, quien las porta. Pero en esta ocasión no hablaremos de estos temas. Simplemente nos enfocaremos en la inventiva de los maestros relojeros presentando obras maestras que son un auténtico homenaje al ingenio humano y a la belleza que es capaz de crear: soberbios presentes para festejar este Día del Padre.

En honor de Roma

En el orbe, Roma es famosa por ser uno de los principales centros históricos, culturales y políticos de Occidente. Son muchas las historias que empiezan en la capital fundada por Rómulo y Remo. Una de ellas es la de la Casa Bulgari, irma de lujo internacional cuyo devenir, durante 130 años, ha estado ligado a la Ciu-dad Eterna. Todo comenzó cuando el único descendiente de una familia de orfebres, Sotillo Boulgaris, decidió trasladar su taller a Italia, en 1880, y ahí practicar el oicio de sus antepasados. En la plaza de España, cerca de la Fontana de Trevi,
se estableció la que hoy es la casa insignia de la compañía, usando la forma circular del dracma —moneda de la Grecia antigua— como el emblema de su irma.

De inmediato se hizo patente
su originalidad, producto de una mezcla de la fantasía y la elegancia que, a veces, se maniiesta de una manera exuberante pero, por lo general, de una sobriedad sublime. Estos últimos caliicativos describen

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a la perfección dos modelos conmemorativos de relojes de pulsera masculinos que la irma presenta en su aniversario.

La majestuosidad de Roma bañada en luces es la inspiración para dos piezas de colección. La tradición se hace presente en una caja redonda de 39 milímetros en oro rosa de 18 quilates, cuyo bisel luce la inscripción “Bvlgari Roma”. Contrasta con el estilo clásico de este reloj el fondo de cristal de zairo que deja ver la exquisita precisión de su maquinaria. La esfera de laca negra es el marco...

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