Introducción

AutorEduardo Michael Nacer Ramos
Páginas14-16

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La búsqueda del conocimiento y la innovación en toda área de la vida del ser humano es característica intrínseca de éste. La inquietud de experimentar específicamente en materia de innovación en el mundo financiero tiene sus cimientos en la necesidad de la profesionalización, por una parte, y en la búsqueda de mejoras de nuestra economía nacional, por otra. La información se origina en un primer momento en el que la investigación apuntó a encontrar elementos que le procuran valor real de una entidad, ya que la mayoría de ellas cuentan con muchos valores intrínsecos que no tienen ningún importe reflejado en moneda, dentro del balance general. Estos valores son conocidos como Activos Intangibles. De ahí que nos introducimos en los métodos de medición de los mismos; los procesos normativos, es decir, conforme a la legalidad, en los que se deben basar para cuantificar el valor de un Activo Intangible, tanto financiero como contable.

Aterrizar, de esa manera, en la obtención de beneficios financieros como son: el incremento del capital; desapalancamiento financiero; la extinción de obligaciones a través del otorgamiento del uso o goce de estos activos; obtención de amortizaciones financieras, rentas y enajenaciones, franquicias, entre otros beneficios, de los que se hablará de forma amplia más adelante.

Propiamente en este texto abordamos el tema de los Activos Intangibles comenzando por dar una mirada a sus elementos antecedentes desde el siglo XIX, cuando inicia el auge industrial del mundo y los temas financieros comienzan a tomar mayor importancia. Después de un período largo de evolución de la contabilidad y con ello de la información financiera, surgen las organizaciones destinadas a delimitar los campos de acción de las normas establecidas para regular dicha información. Estas reglas son las que definirán y clasificarán a los Activos Intangibles, parte medular de nuestro objeto de estudio en este libro.

Ahora bien, en la actualidad, los entes públicos y privados que compiten en el mundo de los negocios de alta tecnología incurren en crecientes gastos de publicidad, investigación, desarrollo y recursos humanos especializados y otras actividades, los cuales son frecuentemente difíciles de identificar y valorar como activos individuales; incluso una marca que sea sinónimo de alta calidad en sus servicios y/o productos, puede ser una fuente de lealtad del consumidor, con su consecuente demanda cautiva y, en este sentido, es

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